Una casa que mira al exterior
El arquitecto francés Henri Paret firma la rehabilitación de esta vivienda ubicada en Marsella y reconvertida en un espacio en el que interior y exterior se funden a la perfección
Aprovechando que aún quedan unos días de verano (el otoño llega el martes 23 a las 4:29 de la madrugada), hemos querido presentarte una de esas casas que viven mirando continuamente al exterior. Porque durante el verano es cuando más se disfrutan. Bueno, si son tan impresionantes como ésta, también en primavera, otoño e invierno.
Entre otras cosas, por sus espectaculares vistas, prácticamente desde toda la casa. Claro que antes no era así. Y por eso se acometió una espectacular reforma. Y es que la construcción original, que data de los años 70, carecía de luz natural a pesar de estar ubicada en una de las zonas más luminosas de la localidad francesa de Marsella.
Así que sus propietarios decidieron aprovechar la magnífica ubicación de la casa para ‘reconstruirla’ mirando al jardín. Y tomando de él toda la luz natural que fuera posible. Ese ha sido el objetivo principal de este proyecto que ha sido liderado por el arquitecto Henri Paret.
El otro gran reto de los responsables de la obra tiene que ver con otro handicap de la vivienda original. Disponía de muy pocas salidas al exterior y pocos ventanales. Además, su distribución contaba con una excesiva compartimentación del espacio, lo que impedía la libertad de circulación de sus habitantes.
Paret tuvo claro que se podía cambiar el aspecto de la casa manteniendo la estructura de hormigón que existía. Y lo ha hecho instalado grandes correderas de varios carriles de la firma Kawneer. En concreto el modelo Kasting. De este modo la luz entra a raudales prácticamente en cada estancia de la vivienda.
Y de paso se integra interior y exterior de manera sorprendente, casi sin interrupciones. Durante los meses de verano las correderas se abren ampliando las zonas de estar a todo el jardín. En invierno, los ventanales cerrados preservan de las inclemencias del tiempo.
En cuanto a la decoración, se ha tratado de seguir la marcada línea de la arquitectura, pero sin restarle un ápice de personalidad. De este modo, se ha apostado por una elegante simplicidad, por la pureza de las líneas y formas de cada pieza; buscando al mismo tiempo dotarle de un aire contemporáneo. Y se ha añadido algún toque oriental.
Para que el interior de este singular espacio careciera de estridencias se optó por una paleta cromática en tonos tierra aderezada con —escasos— puntos vibrantes de color. Y por muebles sosegados, pero con carácter y marcada presencia. En ese sentido se apostó por algunos clásicos del diseño, como la maravillosa chaise longue diseñada por el matrimonio Eames, que reina en una de las salas de estar principales.
Más información:
www.kawneer-espana.com
www.henriparet-architecte.com
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Entre otras cosas, por sus espectaculares vistas, prácticamente desde toda la casa. Claro que antes no era así. Y por eso se acometió una espectacular reforma. Y es que la construcción original, que data de los años 70, carecía de luz natural a pesar de estar ubicada en una de las zonas más luminosas de la localidad francesa de Marsella.
Así que sus propietarios decidieron aprovechar la magnífica ubicación de la casa para ‘reconstruirla’ mirando al jardín. Y tomando de él toda la luz natural que fuera posible. Ese ha sido el objetivo principal de este proyecto que ha sido liderado por el arquitecto Henri Paret.
El otro gran reto de los responsables de la obra tiene que ver con otro handicap de la vivienda original. Disponía de muy pocas salidas al exterior y pocos ventanales. Además, su distribución contaba con una excesiva compartimentación del espacio, lo que impedía la libertad de circulación de sus habitantes.
Paret tuvo claro que se podía cambiar el aspecto de la casa manteniendo la estructura de hormigón que existía. Y lo ha hecho instalado grandes correderas de varios carriles de la firma Kawneer. En concreto el modelo Kasting. De este modo la luz entra a raudales prácticamente en cada estancia de la vivienda.
Y de paso se integra interior y exterior de manera sorprendente, casi sin interrupciones. Durante los meses de verano las correderas se abren ampliando las zonas de estar a todo el jardín. En invierno, los ventanales cerrados preservan de las inclemencias del tiempo.
En cuanto a la decoración, se ha tratado de seguir la marcada línea de la arquitectura, pero sin restarle un ápice de personalidad. De este modo, se ha apostado por una elegante simplicidad, por la pureza de las líneas y formas de cada pieza; buscando al mismo tiempo dotarle de un aire contemporáneo. Y se ha añadido algún toque oriental.
Para que el interior de este singular espacio careciera de estridencias se optó por una paleta cromática en tonos tierra aderezada con —escasos— puntos vibrantes de color. Y por muebles sosegados, pero con carácter y marcada presencia. En ese sentido se apostó por algunos clásicos del diseño, como la maravillosa chaise longue diseñada por el matrimonio Eames, que reina en una de las salas de estar principales.
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www.kawneer-espana.com
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