Apenas quedan unos días para que comience el mes de septiembre. Y con él, la vuelta al cole de adultos y niños. Es decir, hay que retomar las responsabilidades del año, volver al cole y al trabajo. Y eso lo convierte en uno de los momentos más duros del año. Incluso si nos gusta nuestro trabajo.
Tras cerca de un mes —en el caso de los niños, mucho más— llevando una vida de libertad y horarios en los que la anarquía manda, hay que volver a emplear ese ‘aparatejo’ endiablado que es el despertador. Retornar al orden en los horarios, acostarse temprano y levantarse aún más temprano. Y eso de recuperar el hábito de sueño no es siempre una tarea fácil. De modo que el insomnio es el rey de la noche; y la somnolencia, la princesa del día…
La consecuencia de ese constante sueño a lo largo del día es que nos cuesta el doble concentrarnos; todo nos irrita y malhumora. Nos sentimos desanimados y eso de ‘la vuelta al cole’ se convierte en una auténtica tragedia griega. Vamos, que acabamos teniendo eso que se denomina síndrome post vacacional. Que, en muchos casos, no es más que un tremendo cansancio.
Eso sí, aderezado con un ligero cambio hormonal que tiene que ver con el apetito, produciendo trastornos en la ingesta de alimentos, con cambios en el peso habitual. Si eres de las que la angustia le da hambre, es posible que aumentes de peso, y el mal humor y la depresión se multipliquen por dos.
Pero no te preocupes, porque es posible prevenirlo. Los expertos recomiendan hacer esos cambios de horario de manera gradual. Es decir, ajustar a lo largo de cuatro ó cinco días la hora de irse a dormir y de levantarse, claro. Si cada día adelantamos el horario media hora hasta llegar al habitual, iremos recuperando nuestros hábitos de sueño sin grandes sacrificios.
Claro que para ese plan de ataque es necesario volver unos días antes a casa desde el lugar de vacaciones. Y enfrentarse a poner, de nuevo, todo en orden —además del sueño—. Es decir, arreglar la casa. Para eso hay que hacer uso de electrodomésticos como el lavavajillas y probablemente más de una vez al día, la lavadora.
Suerte que los aparatos de ahora no son como los de antes. Al menos no los de Bosch. En la actualidad también se pueden poner durante la noche o los minutos de descanso de después de comer —se duerma o no—.
Porque cuentan con un revolucionario motor que apenas hace ruido. Se trata del EcoSilence, que ha conseguido que Bosch disponga del lavavajillas más silencioso del mercado. ¿El ruido? Apenas existe: sólo 38 dB.
Esto lo convierte en un electrodoméstico realmente práctico y funcional, porque nos permite descansar y trabajar al mismo tiempo. Gracias a las innovaciones de Bosch podemos poner el lavavajillas a cualquier hora del día o la noche sin que nadie se despierte.
Más información:
www.bosch-home.es