El verano es la época del año en que más reformas se hacen en casa. Pintura, cerramiento de terrazas, retirada o levantamiento de tabiques, cambio de la cocina y obras en los cuartos de baño. Si es tu caso, es probable que te encuentres en ese proceso —aburrido para unos y emocionante para otros— en el que tienes que elegir revestimientos. Pues bien, has de saber que las tendencias en cerámicos para paredes pasan, desde hace un tiempo, por el volumen. Lo hemos comprobado echando un ojo a las propuestas de las más importantes firmas: Azulev, Roca, Aparici, Keraben, Vives… Y hemos llegado a la conclusión de que no puedes descartar esta opción.
Porque el empleo de este tipo de azulejos es una buena elección para revitalizar la decoración más clásica, aportando al hogar un aire de dinamismo muy especial, a través de ambientes impactantes. La idea es optar por juegos sutiles que estimulen nuestros sentidos y que impregnen las estancias de imaginación y personalidad. De esta manera, podemos encontrar revestimientos que ofrecen impactantes efectos ópticos a partir del relieve de sus motivos geométricos. O paredes que prefieren servirse de las variaciones volumétricas, así como de las tonalidades de sus azulejos y baldosas cuyos motivos parecen salir de la pared…
Son múltiples las posibilidades estéticas que tienen los azulejos para crear juegos sutiles de proporciones y relieves que resultan decisivos a la hora de provocar sensaciones. Y es que los efectos visuales, e incluso táctiles, transforman la linealidad en movimiento. Estas sensaciones se consiguen gracias a los juegos de luces creados por el volumen de las piezas cerámicas. Con iluminación natural, las sombras van variando hasta alcanzar diferentes tonalidades en función del momento del día. Si se opta por diferentes puntos de luz artificial, su efecto sobre la superficie es equiparable al de un oleaje irregular, creando una sensación curiosa de vibración y movimiento. Otro de los factores a tener en cuenta es el brillo. Si se utilizan azulejos ultra brillantes, se logra potenciar el volumen, llamando la atención sobre la zona en cuestión. Si en cambio se quiere un ambiente más minimalista y sofisticado, la tridimensionalidad en tonos mates resulta perfecta.
Respecto a los motivos, hoy en día existe un amplio abanico de diseños disponibles, que han evolucionado desde los clásicos motivos florales, a los modelos geométricos. Para llegar a los llamados orgánicos, una alegoría al movimiento del agua y de telas nobles como la seda pintada. Pero esto no es nuevo. Ya estuvieron en boga en los años setenta, pero la clave de su resurgimiento en los últimos años hay que buscarla en el reciente acercamiento a la cerámica de arquitectos e interioristas. Pero como todo tiene truco, ten en cuenta que la clave para acertar con el efecto final es dosificar estas piezas cerámicas en la decoración, delimitando las superficies con volumen en zonas especialmente visibles y singulares. Darán un toque muy original a las estancias, además de ampliarlas ópticamente.
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