Amplitud, luminosidad, diseño contemporáneo y clasicismo en Navarra
Ilmiodesign realizó una profunda trasformación en este chalet unifamiliar en el que se ha acabado con los recovecos en favor de los espacios abiertos. El resultado es espectacular
Desde un primer vistazo esta vivienda situada en Navarra sorprende por su amplitud, su luminosidad, la distribución de los espacios y lo moderno y acogedor de su interiorismo. Esta sensación se debe en gran medida al trabajo realizado por Ilmiodesign en este interesante y completo proyecto.
El propietario de la casa tenía la necesidad de hacer un cambio estético en la casa: “Una modificación integral de la arquitectura interior, que afecte a los espacios, la decoración y los accesos comunes”. Se quería dar “un cambio sustancial, dar amplitud, sencillez y un desarrollo más intuitivo a las estancias”. Para conseguirlo, el estudio de arquitectura e interiorismo quiso “aligerar los espacios y su contenido consiguiendo así un equilibrio visual y conceptual”.
La transformación parte ya desde el hall de la vivienda, núcleo distribuidor de la misma y primera imagen para el visitante. Para crear un recorrido lógico, se elimina el mobiliario central que truncaba la visibilidad y el acceso directo dejándolo diáfano. Y se inclinan por una “base de tonos claros y luz”.
Colindante al hall, en el salón, se diseña un gran elemento formal que “separa dos zonas diferenciadas y marcadas por los hábitos de los propietarios”. Así se configura una zona de recibidor y de visitas frente a la chimenea; y otra más recogida e íntima donde se desarrolla la vida cotidiana. Ese elemento formal es “un biombo a modo de gran caja realizada en chapa troquelada con láser en diferentes perforaciones de formas cuadradas. Un diseño artesano que aunque sirve de barrera visual, al estar perforado mantiene la idea integral del espacio”. Por sus perforaciones, consigue “sensaciones distintas a lo largo del día”.
Tonos grises, ocres, con puntos de color y materiales nobles, maderas y mármol “confieren al espacio gran elegancia, con mucho carácter pero con sencillez. Un resultado ecléctico de convivencia entre moderno y clásico”, pero siempre manteniendo el tono hogareño.
Cerca de los salones nos encontramos con la cocina con comedor de diario y zona de servicio. Antes de la reforma, las tres zonas estaban separadas en pequeños espacios laberínticos. Ahora solo existe “un gran espacio multifuncional, donde se ha buscado una estética aséptica como si fuese un gran laboratorio gastronómico-social”. Como centro neurálgico, una gran isla en la que se cocina, pero que también ejerce de “generador de reuniones casuales y desenfadadas”.
Por otro lado encontramos la zona privada de la vivienda, en la que destaca la habitación principal con un salón anexo, baño y vestidores. “Todo se ha reorganizado como si de la mejor suite se tratara, un espacio privado donde cultivar las aficiones personales, que invite al relax y al ocio, a leer un libro, escuchar buena música…”
El dormitorio se comunica con el saloncito con unas grandes puertas correderas de suelo a techo que al abrirse desaparecen completamente y permiten aunar ambos espacios consiguiendo mayor sensación de amplitud. La habitación está decorada de manera “sencilla, equilibrada, con una gran cama y cubierta por tejidos ricos. Juegos de texturas y tonos suaves y acogedores”. Por su parte, el saloncito con librería de madera orgánica dispone de zonas de descanso y reunión”.
Más información:
www.ilmiodesign.com
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El propietario de la casa tenía la necesidad de hacer un cambio estético en la casa: “Una modificación integral de la arquitectura interior, que afecte a los espacios, la decoración y los accesos comunes”. Se quería dar “un cambio sustancial, dar amplitud, sencillez y un desarrollo más intuitivo a las estancias”. Para conseguirlo, el estudio de arquitectura e interiorismo quiso “aligerar los espacios y su contenido consiguiendo así un equilibrio visual y conceptual”.
La transformación parte ya desde el hall de la vivienda, núcleo distribuidor de la misma y primera imagen para el visitante. Para crear un recorrido lógico, se elimina el mobiliario central que truncaba la visibilidad y el acceso directo dejándolo diáfano. Y se inclinan por una “base de tonos claros y luz”.
Colindante al hall, en el salón, se diseña un gran elemento formal que “separa dos zonas diferenciadas y marcadas por los hábitos de los propietarios”. Así se configura una zona de recibidor y de visitas frente a la chimenea; y otra más recogida e íntima donde se desarrolla la vida cotidiana. Ese elemento formal es “un biombo a modo de gran caja realizada en chapa troquelada con láser en diferentes perforaciones de formas cuadradas. Un diseño artesano que aunque sirve de barrera visual, al estar perforado mantiene la idea integral del espacio”. Por sus perforaciones, consigue “sensaciones distintas a lo largo del día”.
Tonos grises, ocres, con puntos de color y materiales nobles, maderas y mármol “confieren al espacio gran elegancia, con mucho carácter pero con sencillez. Un resultado ecléctico de convivencia entre moderno y clásico”, pero siempre manteniendo el tono hogareño.
Cerca de los salones nos encontramos con la cocina con comedor de diario y zona de servicio. Antes de la reforma, las tres zonas estaban separadas en pequeños espacios laberínticos. Ahora solo existe “un gran espacio multifuncional, donde se ha buscado una estética aséptica como si fuese un gran laboratorio gastronómico-social”. Como centro neurálgico, una gran isla en la que se cocina, pero que también ejerce de “generador de reuniones casuales y desenfadadas”.
Por otro lado encontramos la zona privada de la vivienda, en la que destaca la habitación principal con un salón anexo, baño y vestidores. “Todo se ha reorganizado como si de la mejor suite se tratara, un espacio privado donde cultivar las aficiones personales, que invite al relax y al ocio, a leer un libro, escuchar buena música…”
El dormitorio se comunica con el saloncito con unas grandes puertas correderas de suelo a techo que al abrirse desaparecen completamente y permiten aunar ambos espacios consiguiendo mayor sensación de amplitud. La habitación está decorada de manera “sencilla, equilibrada, con una gran cama y cubierta por tejidos ricos. Juegos de texturas y tonos suaves y acogedores”. Por su parte, el saloncito con librería de madera orgánica dispone de zonas de descanso y reunión”.
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