Este catalán nacido en 1948, lleva nada menos que 40 años diseñando para las más prestigiosas firmas dentro y fuera de nuestras fronteras. Y hemos querido aprovechar la presentación de uno de sus más recientes trabajos para charlar con él sobre su trabajo como creador, pero también como profesor de diseño. De trasfondo, Netkat, una silla creada para Dd by Resol Group.
Hábleme de Netkat. ¿Qué tiene de especial?
Netkat es una silla de polipropileno inyectado reciclable. El hecho de estar toda su superficie perforada en forma de malla le confiere una gran ligereza además de una imagen de gran trasparencia visual. Se produce con y sin brazos, son apilables entre ellas, están dotadas de una eficaz protección contra rayos UVA y pueden adaptarse a diversos ambientes gracias a su gran variedad de colores.
Una de las claves de este asiento es el color, ¿no es cierto?
Creo que hay varias cosas que hacen que esta silla sea singular, en primer lugar que esté fabricada con un único material, lo que facilita mucho el proceso de reciclaje; en segundo lugar, su precio que resulta muy económico; y en tercer lugar, la posibilidad de elegir entre una gama de colores muy variada, desde los más naturales u orgánicos hasta los más primarios.
Da la sensación de que cuando se diseña para exterior, hay mayor libertad. El color, los materiales… ¿Es cierto?
El espacio exterior, las terrazas, los jardines, son espacios que cambian con la luz, el movimiento, las estaciones del año, a veces tienen algo de provisionalidad y eso hace que haya una mayor libertad para diseñar, libertad que abre una puerta a la innovación en cuanto a materiales, formas, colores etc.
Usted lleva casi 40 años dedicado al diseño. ¿Cómo ha cambiado el diseño en España en estos años?
De estar en la cola de Europa ahora estamos en el grupo de cabeza.
¿Cómo es el consumidor de diseño español?
Conocedor de lo que compra, exigente.
Como productores de diseño y como diseñadores, ¿Estamos realmente en la vanguardia?
Mucho más como diseñadores que como productores, a nuestra industria le falta capacidad de inversión en tecnología, en investigación y en innovación.
Usted ha impartido clases en seminarios y universidades. ¿Cómo son los estudiantes de ahora en comparación con los de su época de formación?
Quizás nosotros éramos más idealistas, creíamos —y yo sigo creyendo— en la función social del diseño, habíamos bebido de la ideología de la Bauhaus, éramos bastante ingenuos y creíamos que el diseño era nuestro pequeño granito de arena que podía contribuir a cambiar el mundo. Los estudiantes de ahora afortunadamente son más realistas, salen muy preparados de las escuelas de diseño y muy concienciados de que nos estamos cargando el planeta y que hay que hacer algo urgentemente.
¿Cree usted que hay un diseño catalán?
Si, en los años 50, cuando en España nadie sabía lo que era el diseño, en Cataluña ya teníamos una asociación de diseño (ADI-FAD), una escuela de diseño (Elisava) y algunos excelentes diseñadores. Actualmente el buen diseño se ha extendido por todo el país.
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