Es frecuente que en Navidad y sus alrededores (semanas anteriores y posteriores) se disfrute de unos días de descanso y vacaciones. Y es un buen momento para acudir a una exposición y hacer un viaje. Un viaje en el tiempo, por ejemplo.
Eso es lo que proponemos, algo así como un retorno al pasado a través de una magnífica exposición: “Premios Delta: 50 años con el diseño 1960-2010”. La muestra presenta un recorrido por cinco décadas de diseño industrial en nuestro país, tomando como hilo conductor los Premios Delta, otorgados desde 1961 por ADI-FAD, la Asociación de Diseño Industrial del Fomento de las Artes y el Diseño.
Bajo el título “Premios Delta: 50 años con el diseño 1960-2010” se reúnen 135 piezas de las últimas cinco décadas, muchas de ellas procedentes de colecciones privadas. (PULSA COBRE LA IMAGEN PARA AMPLIARLA)
Se trata pues de una divertida forma de comprobar cómo ha cambiado el diseño a lo largo de estos 50 años. Ha pasado de ser una preocupación de minorías a ser parte de la vida cotidiana de todos; de ser una actividad a menudo ignorada por el contexto industrial de su época a ser parte indispensable de un tejido empresarial competitivo.
Los 135 objetos que se muestran han sido ordenados de manera cronológica, por décadas, cada una de las cuales es acompañada por su contextualización histórica necesaria para comprender la importancia de los objetos en su entorno. Además, tres piezas de cada década van acompañadas de documentación original inédita, como prototipos y maquetas, planos originales, catálogos comerciales de la época, dibujos, esbozos, etc.
La primera década de los Premios Delta está marcada, desde el punto de vista del diseño, por la defensa y promoción del funcionalismo modernista y su modelo: los productos icónicos de la empresa alemana Braun. Por eso, en sus primeras ediciones, los Delta premian muchos productos para el hogar “moderno”.
Esa tendencia continúa durante la década siguiente. Aunque los jurados internacionales de estos años, remarcan la aridez funcionalista de muchos de los productos seleccionados y reclaman en más de una edición “una fantasía más libre y un examen menos esquemático de forma y función”.
Durante la década de los 80, la palabra “diseño” invade los medios de comunicación y se convierte en el símbolo de una contemporaneidad lúdica, como signo visible de un momento de profundos cambios. Surgen y se consolidan muchas empresas que incorporan el diseño como parte fundamental de su modelo empresarial.
En 1991, la lámpara de pie Sinclina se hizo con el Delta de Plata. Se trata de una pieza diseñada por Estudi Blanc para Metalarte.
Los años 90 suponen el comienzo de la edad de oro del diseño español. Arraiga un star-system del diseño local, surgido del despegue de la década anterior, que se incorpora a la primera línea del diseño internacional. Y los Premios Delta lo ven y lo premian: los productos ganadores destacan por su calidad y la voluntad de ser competitivos en el mercado internacional.
De los últimos premiados destacan productos con inteligentes estudios ergonómicos, luminarias con gran eficiencia energética, aparatos de fácil uso para personas con discapacidades físicas: el diseño universal y el diseño sostenible toman protagonismo.
Han sido 50 años del mejor diseño, en el que España ha aprendido a tomarse en serio eso que parecía tan abstracto y que llamaban diseño. Y testigo de ello han sido estos premios que también han sabido adquirir la importancia y el prestigio que se merecen. Quien quiera comprobarlo sólo tiene que acudir al Palau Robert (Paseo de Gràcia, 107; Barcelona), hasta el 26 de junio. Entrada gratuita.
Más información:
www.fad.cat