Contra el calor, piscinas desmontables
No requieren obras ni permisos municipales, son económicas, elegantes y sofisticadas. Nada más práctico.
Hace un calor sofocante. Apenas se puede trabajar. Y aún menos descansar o leer tranquilamente sentado en un cómodo sofá. Evidentemente, dormir se ha convertido en una misión casi imposible. Y apenas hemos empezado el mes de julio… Vale, un buen aire acondicionado ayuda a sobrevivir, pero no es suficiente. En estos momentos no hay habitante urbano o rural que no sueñe con un refrescante y estimulante baño en una piscina. No nos engañemos. Por mucho que la playa sea el destino vacacional de la temporada estival, una piscina puede cambiar —y mucho— la perspectiva de cada uno de los días de julio y agosto, al menos hasta la llegada de las ansiadas vacaciones: esto es, la huida hacia lugares donde respirar sea más sencillo.
Es evidente que disfrutar de una larga piscina donde nadar unos largos no es posible en la mayoría de los casos, por falta de espacio y/o por supuesto, por la inversión económica que supone. Pero no siempre es preciso contar con un gran terreno o una espectacular finca en el campo para refrescarse bajo el agua.
Lo que hoy proponemos son piscinas desmontables, de esas que se guardan con la llegada del fresquito, y no ocupan espacio más que cuando se utilizan, es decir, durante los meses de verano. Es más que probable que aún sigas con la idea de aquellas pequeñas piscinas hinchables, de esas que se utilizaban cuando éramos pequeños. Nada que ver con las que se comercializan en pleno siglo XXI.
En cuanto investigues un poco constatarás que hay montones de opciones, algunas de las cuales tienen muy poco que envidiar a las de tradicionales de hormigón, como las prefabricadas o las enterradas. Mucho más sencillas y económicas son las elevadas que a pesar de su ventajoso precio pueden ser muy sofisticadas.
Un ejemplo de ello es la piscina de madera que propone Bauhaus con estructura de madera de pino pero con el interior de acero inoxidable y unas medidas 350 de diámetro y 120 de altura (2.195 €). O la denominada Skyathos, de más de cinco metros de diámetro y casi metro y medio de altura. Llama la atención por la decoración exterior, imitando a piedra (1.595 €).
Menos estética pero muy duraderas y robustas son las de acero galvanizado y lacado. Las hay de diversos tamaños y formas y sus precios pueden superar los 7000 €. Más económicas son las de lona de PVC, más parecidas a las de ‘toda la vida’, que suelen llevar una estructura rígida de hierro o aluminio. Como la denominada Splash Acero de casi cuatro metros de diámetro (229 €).
Otra opción es montar en el jardín o en la terraza —en este caso sí es posible—una ducha de madera de teka. Esencial si se tiene piscina porque contribuirá a mantener el agua limpia más tiempo y a ahorrar agua. Y muy útil si se carece de espacio para piscina, pero no se renuncia al placer del refresco.
Más información:
www.bauhaus.es
www.gre.es
www.piscinasdesmontables.org
¿Te apetecería disponer de una piscina de este tipo?