Un práctico biombo para separar, ocultar y crear ambientes
Originario de Oriente, este elemento decorativo y funcional se ha convertido en un recurso muy práctico en los hogares occidentales. ¿Te atreves a realizarlo tú?
Sencillo, funcional y muy decorativo, el biombo es un objeto incorporado en el siglo XVIII a Occidente procedente de la sabia tradición oriental. Divide, oculta y, por su propio carácter ornamental, también crea ambientes.
Existen modelos y diseños para todos los gustos y se trata de una creación perfecta para tu propia casa o para regalárselo a quien estimes oportuno. Para elaborarlo, necesitaremos martillo, taladro, formón, brochas, lija, sierra de calar, seis varillas de latón, tornillos de cabeza allen, cola, barniz, tinte, tubillones, tela, bisagras, tirafondos, seis listones de 160 x 4 x 2,5 centímetros y otros seis de 42 x 4 x 2,5.
Un objeto decorativo y funcional que puedes hacer tú mismo. ¡Atrévete! Foto: Espasa
Ensamblado de los bastidores
El biombo está formado por tres bastidores idénticos que ensamblaremos por separado. Con cuatro listones (dos verticales y dos horizontales) montados a modo de rectángulo, daremos forma a los batientes y bastidores.
Lo primero será ensamblar los listones con tornillos allen. El orificio de ensamble traspasará los montantes y abrirá un agujero guía en los largueros. Encolaremos las superficies en contacto e introduciremos los tornillos hasta que desaparezcan en el agujero avellanado (que previamente habremos hecho para disimular los tornillos). A continuación, taponaremos los avellanados con tubillones encolados del mismo diámetro.
Las bisagras
Después, realizaremos los agujeros ciegos donde irán alojadas las varillas que sujetarán las telas. A continuación, terminaremos los tres bastidores con las partes superior e inferior de los listones y lijaremos todas las piezas.
El último paso de ensamblaje consistirá en la colocación de las bisagras. Se trata de mecanismos empotrados, por lo que nos veremos en la necesidad de efectuar un rebajo con el formón. El atornillado de las bisagras no conlleva problemas, aunque abrir un agujero guía con punzón o broca fina nos ayudará para no errar el punto de penetración.
Tinte, barniz y tela
Con los tres bastidores montados y unidos ya podemos teñir y barnizar la madera. El tinte podrá ser rebajado con diluyente y para darle más intensidad al color podremos aplicar varias manos. Después, daremos una última capa de barniz protector. Sólo nos queda introducir la tela en las varillas cortadas a algo más que la medida del ancho interior del bastidor. Para colocar las varillas en su lugar introduciremos primero un lado y, torciendo ligeramente la varilla (con cuidado de no deformarla), llevaremos el otro extremo a su alojamiento.
¿Piensas que es un elemento que puede quedar bien en cualquier tipo de casa? ¿Te animarías a ponerte manos a la obra?