Un juguete clásico para tus hijos: un caballito de madera
¿Hay algo mejor que fomentar la imaginación de los niños? Aunque estamos en plena era de videojuegos y ordenadores, te proponemos una vuelta a la tradición con este divertido juguete
La imagen más característica del carpintero es posiblemente la de aquel viejo personaje llamado Gepeto y padre de Pinocho. Nosotros no construiremos, al menos por ahora, ninguna marioneta, pero sí un divertido juguete que hará las delicias de los más pequeños de tu casa.
Una idea que nos abre un sinfín de posibilidades en lo que al bricolaje constructivo respecta y para cuya realización podrás –y deberás- solicitar la ayuda de todos los miembros de la familia.
Su construcción requiere de sierra de calar, lija, taladro, escofina, brocha, pinceles, una pieza de contrachapado de 30 x 20 x 2,5 cm., dos de 30 x 20 x 1,5 cm., un listón de un metro y 28 mm. de diámetro, otro de 30 cm. y 22 mm. de diámetro, una peluca, cola, cuero, arandelas, tirafondos, botones, imprimación selladora, pinturas de colores y una plantilla.
Diseño de las piezas
El caballito estará básicamente formado por dos piezas: la cabeza y el pie, que es un simple bastón. Para diseñar la cabeza dibujaremos sobre una cartulina un triángulo y dos círculos de unos 15 y 20 cm. de diámetro en la punta y en el ángulo recto, respectivamente. Después, bastará con perfilar el contorno más similar al de una cabeza de caballo.
Elaborada la plantilla, empezaremos por cortar las cuatro piezas circulares de 15 mm. de grosor y la central, de 25 mm. También cortaremos dos taquitos del listón cilíndrico, para los ojos, y otra que será el asa que irá bajo las orejas.
Para el pie emplearemos una barra de cortina de un metro de largo que insertaremos en la parte inferior de la cabeza, a la altura del cuello.
Dale vida al animalito
Cortadas las piezas, recurriremos a la escofina y a la lija para redondear las piezas y evitar que nuestros hijos se lastimen a lomos de su futuro caballito. A continuación, encolaremos todas las piezas.
Una vez que todo esté seco, marcaremos sobre el hocico el emplazamiento de la boca y los puntos de inserción del asa y el del pie. En el extremo de este bastón colocaremos una bola de madera fijada por medio de un rilo, para que el extremo del pie no nos estropee el suelo.
También cortaremos una bonita sonrisa en el hocico y perforaremos los orificios, uno pasante para el asa, y el otro ciego (en la parte inferior), para el pie. Tanto el asa como el bastón irán encolados con cola.
La parte decorativa
Antes de colocar orejas, peluca y orificios nasales, pintaremos el caballito. Aplicaremos una capa de imprimación selladora y, después, los colores que más nos gusten.
A continuación colocaremos las orejas, confeccionadas con unos penachos de cuero, fijados con tirafondos y arandelas embellecedoras. Asimismo, con dos botones pegados en el hocico simularemos la nariz del caballito.
Finalmente, pegaremos una tira de peluca, bien colorida, desde la frente y las orejas hasta el bastón, a modo de crin de caballo. Nuestros hijos serán, a partir de ahí, quienes darán el veredicto sobre el éxito o el fracaso de nuestra creación.
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