La técnica de las vidrieras emplomadas nos ha permitido durante siglos crear auténticas obras de arte, habitualmente de carácter litúrgico. Los espacios iluminados a través de estas vidrieras toman un carácter casi mágico en un juego de luces y colores
Para esta tarea precisaremos de espátula de emplomado, tijeras, cúter, pinceles, plantilla, plomo autoadhesivo, pintura para manualidades, alcohol y bastoncillos higiénicos.
Realizar el diseño
Lo primero será dibujar sobre una cartulina o papel el diseño del emplomado de la vidriera. Colocaremos esta plantilla bajo el cristal y, por transparencia, seguiremos las líneas trazadas.
Para desplazar el cristal es aconsejable tomar precauciones y moverlo con dos tacos de madera, ya que los cantos resultan muy cortantes.
La cinta de plomo necesita un soporte perfectamente limpio para un pegado sólido y duradero. Para ello, limpiaremos la superficie, en este caso el cristal, con alcohol y un paño seco y limpio de polvo.
Pegado de la cinta de plomo
Tomando la plantilla como guía, comenzaremos pegando las líneas verticales y horizontales. Cortaremos la cinta siempre algo más larga que el tramo que pegaremos. A medida que retiremos el plástico protector de la parte adhesiva, pegaremos de inmediato presionando levemente con el dedo.
El pegado definitivo lo haremos con el lado cóncavo de la espátula. Combinaremos uniones a tope, es decir, haciendo casar las puntas de las líneas y cruces superpuestos. En este caso, la cinta de plomo pasará literalmente sobre una línea perpendicular pegada anteriormente.
En pequeños rombos, cuadrados u otras figuras, los lados que las componen podrán montarse unos sobre otros, en círculo. Para cerrar el bucle dejaremos sin pegar el comienzo del primer lateral para que el último pueda alojarse debajo.
El pintado
Finalmente, aplicaremos con un pincel fino y suave pinturas al alcohol –esto es, que se disuelven en alcohol-, usando todos los colores que deseemos.
Las pinturas al alcohol secan muy rápido y, aunque en principio parezca una desventaja, la marca del trazo será irregular y presentará un acabado irregular, con nube, muy similar al auténtico.
Para un acabado perfecto, limpiaremos las manchas de pintura sobre el plomo con bastoncillos higiénicos embebidos en alcohol.
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