Prepara tus muebles viejos para un cambio de 'look'
Uno de los procesos fundamentales para lograrlo es efectuar un buen decapado
Muchos trabajos de bricolaje y prácticamente la totalidad de los de restauración conllevan un proceso de decapado. En esencia, se trata de la eliminación física, química o térmica del recubrimiento. Existen técnicas de decapado de gran eficacia, como el chorro de arena o la inmersión química. Aunque algunos de estos métodos resultan complejos y caros, las técnicas del decapado básico son, como veremos, sencillas y muy eficaces.
Herramientas y materiales
- Lana de acero.
- Lija.
- Pistola eléctrica de calor.
- Soplete.
- Espátula y rasqueta.
- Brocha.
- Destornillador.
- Gel decapante.
- Guantes de goma.
- Recipiente de cristal.
Decapado físico y químico
Para empezar, retiraremos los tiradores y todos los elementos añadidos del mueble que no vayan a ser decapados y puedan molestar en el proceso. El decapado físico es la opción más sencilla de todas, y consiste en eliminar los estratos de fibra de madera y las capas de revestimiento con papel de lija.
Por su parte, el decapado químico consiste en verter el decapante a un recipiente de cristal (nunca de plástico) y aplicar el gel con una brocha de cerda natural. Con la rasqueta y una espátula, retiraremos la pintura desprendida, repitiendo la operación hasta que la madera quede al desnudo.
Advertencia a tener en cuenta: En el caso del decapado químico, una vez terminado el proceso limpiaremos la superficie con agua jabonosa y dejaremos secar. Probablemente queden resquicios de pintura o barniz que eliminaremos con el lijado a mano.
Decapado térmico
Para realizar un decapado térmico, calentaremos la superficie que vayamos a decapar con una pistola de aire caliente. La pintura se resquebrajará o ablandará rápidamente, por lo que a continuación rasparemos con la rasqueta o la espátula.
Otra opción, dentro del decapado térmico, se basa en la utilización de la candileja o soplete de butano. Si recurrimos a esta solución, necesitaremos una boca ancha y al encender regularemos la potencia de la llama hasta que se torne azulada.
Cuando procedamos a un decapado término, particularmente con el soplete, tomaremos todas las precauciones lógicas al manipular fuego y una bombona de butano. Para terminar, sellaremos los agujeros y rasguños con pasta de madera y, una vez seca, acabaremos el trabajo lijando suavemente toda la superficie.