Si te gusta la decoración de estilo ‘minimal’ y, además, quieres dar un toque oriental a la decoración de tu casa, inspírate en el estilo zen. Este estilo decorativo tiene como premisas fundamentales la búsqueda de la armonía y el equilibrio. Para conseguir este objetivo, se utiliza la mínima ornamentación y una gama de colores muy concretos. En general, se suelen emplear tonalidades neutras, símbolo de paz y espiritualidad. La gama de colores más utilizada abarca desde los blancos hasta los ocres, aunque también se pueden usar tonos más vivos, como el rojo, para pequeños detalles.
Una gama de colores neutros
La madera, concretamente la de haya, es el material más utilizado para los muebles zen. Una de las reglas de su diseño es que debe primar la simplicidad de líneas. En general se evitan las curvas y la exuberancia de formas y se tiende a utilizar la línea recta, que se considera que transmite un orden, tanto por fuera como por dentro. Lo que se pretende es crear un ambiente que sirva para poder movernos sin ningún tipo de obstáculo.
La iluminación es un aspecto fundamental en este tipo de decoración. La luz natural nos ofrece un sentido de apertura y de claridad. Las cortinas, en el caso de tenerlas, deben ser de color muy claro, para que la luz del día entre sin dificultad en nuestro hogar. La luz indirecta, con lámparas que apuntan hacia el techo, también nos ayudará a crear un ambiente tenue y sensual.
Velas aromáticas para el deleite de nuestros sentidos
La decoración zen da una importancia especial al disfrute de nuestros sentidos por lo que el uso de aromas suaves también es muy habitual. Las velas aromáticas o los cestos de mimbre llenos de flores o pétalos pueden ser una opción interesante en este aspecto.
El salón debe ser el centro de la casa, el corazón de nuestro hogar, así que tiene que ser la habitación más amplia. Si se puede, no dudes en anexionar otras estancias de nuestra vivienda para ganar amplitud. En general, la decoración de esta estancia debe ser simple, con pocos objetos decorativos y muy sencillos. Un jarrón de cristal lleno de grava o recipientes de terracota con flores, como las orquídeas o el bambú, son una perfecta combinación.
Búsqueda de la comodidad y la tranquilidad
Las paredes pueden dejarse desnudas, pero también podemos utilizar pequeños cuadros con marco fino negro y motivos orientales, también son típicas las pinturas al carboncillo. Por último, las alfombras y los cojines son un elemento imprescindible dentro de este estilo, ya que lo que se busca es la comodidad.