Las brochas, los pinceles, las almohadillas y los rodillos deben limpiarse inmediatamente después de ser utilizados para que duren el mayor tiempo posible sin estropearse. De hecho, las brochas y los pinceles mejoran con el tiempo y proporcionan un acabado más liso si se han limpiado y guardado correctamente. Durante periodos cortos, por ejemplo para ir a comer o por la noche, algunos utensilios pueden guardarse sin limpiar.
Cuando apliques productos químicos, como decapante o decolorante para madera, deberás utilizar brochas económicas que puedan limpiarse y guardarse exclusivamente para dichas tareas, o tendrás que tirarlas una vez utilizadas.
Limpiar los utensilios para pintar
Cuando compres la pintura, consulta las instrucciones del fabricante con respecto a la limpieza y compra el disolvente recomendado junto a la pintura. Los esmaltes se eliminan de brochas y rodillos con aguarrás, trementina o parafina (queroseno).
Las pinturas plásticas se eliminan lavándolas con agua, mientras que las de otro tipo se quitan con disolventes específicos, como diluyentes u otros preparados.
Para terminar la limpieza de pinceles, brochas, rodillos y almohadillas deberás utilizar un detergente doméstico (lavavajillas, por ejemplo) para eliminar los últimos restos de pintura antes de guardarlos.
Pintura plástica y esmaltes
Para limpiar la pintura plástica de una brocha deberás:
1- Rascar: Limpia la brocha encima de varias hojas de papel de periódico aplanando suavemente las cerdas y rascando la pintura con el canto de un cuchillo plano.
2- Aclarar: Separa las cerdas bajo un chorro de agua tibia, asegurándote de que no queden restos de pintura en el lomo de la brocha. Finalmente, añade detergente y aclara a fondo.
Por su parte, los esmaltes se quitan del siguiente modo:
1- Quitar la pintura: Limpia los utensilios y ráscalos con el canto de un cuchillo, al igual que en el caso anterior. Después, introdúcelos en un tarro con aguarrás y remueve de forma rápida.
2- Lavar: Elimina el disolvente de la brocha lavándola con detergente y agua. Aclara a fondo y sacude para que se seque, procurando no deformar la brocha.
Limpiar rodillos y almohadillas
Para limpiar este tipo de utensilios, los pasos a seguir consisten en:
1- Quitar la pintura: Haz rodar el rodillo con firmeza sobre varias hojas de papel de periódico hasta eliminar la pintura. Asimismo, ve sustituyendo las hojas para que el rodillo no se impregne de pintura.
2- Aclarar: Si es posible, quita el manguito del tambor del rodillo y lávalo con el disolvente apropiado. Después, lava el rodillo o la almohadilla con detergente y agua tibia. Para terminar, acláralos con agua abundante y sacúdelos para que se sequen.