Lo primero a lo que deberás prestar especial atención es a la preparación del terreno, la inexistencia de plantas competidoras y el riego continuado.
En cuanto a la época más conveniente para plantar, dependerá de los ejemplares que escojas. Las especies pertenecientes a la familias de las deciduas, cultivadas en maceta, pueden plantarse en cualquier época del año, mientras que los ejemplares de raíz desnuda han de plantarse entre otoño y primavera. Por su parte, las plantas perennes, en particular las coníferas, se plantarán mejor a finales de primavera, pues así dispondrán de tiempo para asentarse antes de la llegada del crudo invierno.
Cómo plantar
En primer lugar, deberás cavar un hoyo suficientemente grande para que quepa toda la extensión de las raíces, en plantas de raíz desnuda, o el equivalente al doble del cepellón, para el resto de especies.
El hoyo debe tener la misma profundidad que el cepellón, y la tierra que saques para excavarlo deberás depositarla en una sábana, o en cualquier otro utensilio similar, en un lugar cercano.
El siguiente paso consiste en regar detenidamente el cepellón y dejar drenar el agua. Si decidas utilizar un palo de guía, deberás clavarlo en el suelo justo en este momento. Seguidamente, podrás colocar el árbol o arbusto con la misma profundidad que tenía en la maceta. A continuación, deberás comprobar la profundidad de la plantación con una caña dispuesta alrededor del hoyo, y añadir o extraer tierra según tus necesidades.
Rellenando el agujero
La última parte del trabajo es sin duda alguna la más entretenida. En primer lugar, deberás rellenar los primeros centímetros del hoyo con la tierra extraída y sacudir brevemente los arbustos de raíz desnuda para asentar la tierra.
Después, afirmarás la primera capa alrededor de las raíces pisándola con el talón, para a continuación añadir una segunda capa y, así, sucesivamente hasta rellenar el hoyo completamente. De este modo, evitarás que se formen bolsas de aire.
Finalmente, deberás asegurarte de que el arbusto está completamente vertical y por último procederás a regar la zona y a cubrir el suelo que rodee a tu nuevo arbusto con una capa de 8 cm. de profundidad de mantillo orgánico, bien descompuesto y suelto.