Añadiendo plantas y árboles, podrás transformar de una forma sencilla el aspecto de tu jardín. Los bulbos y las flores silvestres aportan un interés estacional al conjunto, mientras que los árboles y arbustos le dan vuelo y estructura.
No obstante, conviene recordar que cuantos más obstáculos interpones en la pradera, más difícil resultará segarla y recortarla, por lo que nos arriesgaremos a tener un césped mal cuidado. En este sentido, los bulbos naturales no sólo aportarán un aspecto increíble a tu jardín, sino que, además, desaparecerán antes de que la siega alcance su peor momento.
Flores silvestres
La forma más sencilla de conseguir un jardín de flores silvestres es sembrarlas en el césped usando una mezcla especial de hierba y flores. En este sentido, basta con despejar algunas zonas y sembrar la mezcla de semillas de flores campestres, o bien plantando especies cultivadas en macetas directamente en la hierba.
Después, deberás abonar estas praderas en primavera, pero siempre utilizando la fórmula propia del otoño, es decir, la que contiene menos nitrógeno, ya que así te será más sencillo controlar el crecimiento de la hierba.
Por último, conviene señalar que el prado habrá de segarse dos veces al año: una a principios de primavera y otra a mediados o a finales del verano, cuando las flores hayan dado semillas.
Ayuda a la Naturaleza
El número de flores que crecen en la Naturaleza está disminuyendo a pasos agigantados. Por eso, una manera de ayudar a resolver este gran problema consiste en crear un jardín silvestre.
Además, la visión de grandes volúmenes de flores naturales resulta maravillosa a la vista y aporta un refugio a los insectos autóctonos, como pueden ser las preciosas mariposas.
Árboles y arbustos
La hierba situada bajo un árbol o un arbusto suele ser de menor calidad que la del resto del césped. Las hojas de estas plantas bloquean la luz y pueden asfixiar el césped al caerse en otoño. Por este motivo, resulta preferible cultivar árboles y arbustos en un arriate o macizo delimitado en la extensión de hierba.
La plantación resulta muy sencilla: primero deberás preparar un círculo, usando marcas de arena, y levantar el césped. A continuación, introduce un palo en el lado del viento dominante y comprueba que el hoyo tiene la profundidad suficiente colocando el árbol con el tiesto en el agujero.
Después de plantar, nivela el suelo con la marca original de tronco y vuelve a colocar la tierra en capas, fija el árbol al palo y riégalo bien. Para terminar, cubre la zona paraerradicar las posibles malas hierbas.