Además de los muebles y los accesorios que resultan imprescindibles para que un habitación tenga personalidad y estilo, es necesario que tengas en cuenta el resto de elementos que le darán el toque final a la estancia, como las sábanas, edredones y nórdicos.
Hoy vamos a encargarnos de darte algunas ideas que seguro te servirán para hacer del lugar de 'tus sueños' un espacio lleno de armonía, pero sobre todo de buen gusto.
Recuerda que vestir una cama es algo sencillo, pero siempre debes ser consciente de que las fundas de tu nórdico, las sábanas o el edredón, no pueden romper la estética del resto de la decoración.
Enormes cojines sobre tu cama
No te preocupes, no tendrás que romperte demasiado la cabeza, ya que en cualquier tienda especializada en este tipo de accesorios encontrarás múltiples estilos que se adecuarán a la imagen de tu dormitorio.
Una de las tendencias más populares es la de acabar con las almohadas. Desde hace algunos años, resulta imprescindible cubrir la cama con varios cojines de diferentes tamaños, lo que le da un aspecto mucho más confortable y, además, resulta mucho más práctico, ya que podrás colocarlos según las diferentes necesidades que tengas en ese momento: si te llevan el desayuno a la cama, quieres leer un libro o sencillamente descansar de una dura jornada de trabajo.
Colocar cubre edredones a los pies de la cama es otra de las características básicas con las que debe contar una cama moderna. Pero lo que no puede faltar son los edredones nórdicos, que hasta hace muy poco tiempo era algo muy poco frecuente en las familias españolas, aunque de un tiempo a esta parte, sin duda se ha convertido en el protagonista absoluto de los dormitorios.
Combina texturas y tejidos
La ventaja de elegir con coherencia y estilo la ropa que va a vestir tu cama hará que puedas renovar la imagen de esta estancia sin necesidad de invertir una enorme cantidad de dinero en los muebles.
Para que el dormitorio tenga una imagen fresca y de eterna renovación lo ideal es combinar texturas y realizar contrastes, por ejemplo, el algodón y el lino son dos tejidos que son perfectos a la hora de llevar a cabo este tipo de combinaciones y además dan una enorme sensación de frescura.
Si no eres una persona excesivamente arriesgada, decántate por los tonos neutros, siempre saldrás ganando con esta elección que resulta elegante.