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El tenista español más reconocido internacionalmente celebraba este fin de semana en la localidad mallorquina de Pollensa su boda con Mery Perelló, uno de los enlaces más esperados del panorama español, que ha tenido lugar en la fortaleza de Albercuitx. Asistieron unos 250 invitados, entre amigos y familiares, entre ellos nuestros reyes eméritos, don Juan Carlos y doña Sofía.
Los cocineros Maca de Castro (una estrella Michelin) y Santi Taura, ambos radicados en Mallorca, fueron los responsables de la parte gastronómica. La primera ofreció la cena de preboda, con la ayuda de Andrés Moreno, dueño de Sa punta, un restaurante de cocina típica mediterránea, propiedad de la familia Nadal, aunque no han trascendido los platos que prepararon.
También se ha conocido que para elaborar los aperitivos del cóctel de la boda se sumaron los chefs de dos de los restaurantes más afamados de Ibiza, Tatel y Zela. De Tatel -con sedes también en Madrid y Miami- Rafa Nadal es socio junto a Ronaldo, Pau Gasol y el cantante Enrique Iglesias, entre otros.
Publica Vanity Fair que después de la ceremonia, arrancó -con bastante retraso- el cóctel, siguiendo una idea que cada vez se ve en más bodas españolas, que es la recreación de una especie de mercado con puestos de lo más variados: quesos, embutidos ibéricos, foies, sushi, etc, y que fue combinada con las creaciones de los chefs elegidos.
Parece ser que al rey don Juan Carlos le conquistó la tostada de sobrada -uno de los productos estrella de la gastronomía balear-, obra de Santi Taura. En su establecimiento mallorquín la sirve con melaza de encina y de ella dice "nos recuerda a aquellas verbenas tan típicas de la isla, como es San Sebastián o San Antonio, a los olores a fiesta, a las brasas y al humo, un sabor singular y muy de nuestra memoria".
Taura también firmó los platos principales del almuerzo de la boda de Nadal y 'Xisca' -como se conoce a la novia en su entorno más cercano-, que se compuso de dos platos principales y un postre. Los invitados tomaron un canelón clásico de carnes asadas con bechamel de trufa; como segundo plato, tuvieron ocasión de degustar una lubina en 'papillote' acompañada con verduras de temporada y hierbas aromáticas. y de postre se sirvió un 'no pastel' de limón. Los vinos elegidos para este menú fueron Oremus Mandolás Furmint 2017, Tempos Vega Sicilia, tinto Alión Ribera del Duero y champán Deutz.
El grupo DCastro se encargó del tentempié ofrecido posteriormente, durante toda la fiesta que siguió al almuerzo y, por su parte, Joserra Calvo, quien fue jefe de sala de Mugaritz durante más de una década, ayudó con el servicio de sala.
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