Junto con la pizza es quizá el alimento que más ha trascendido las fronteras de Italia. Hablamos, claro, de la pasta, en sus mil y una variantes: fresca, seca, larga, corta, en láminas… A nosotros nos encanta de todas las maneras, así que no podíamos dejar escapar su ‘Día Mundial’ (marcado en el calendario cada 25 de octubre desde 1995, fecha en la tuvo lugar el primer congreso internacional de la pasta celebrado en Roma) para contaros algunos trucos relacionado con ella. Echa un vistazo porque, ¡quizá alguno te sorprenda!
EN EL MERCADO
Ten en cuenta que, si decides optar por pasta fresca en lugar de seca, es preferible que la prepares en casa. Si vas a comprar pasta, es casi mejor optar por la seca, porque se conserva mejor. Y si es fresca, asegúrate de que se ha hecho en el día; si no es fácil que haya perdido su textura o que se quiebre.
A LA HORA DE COCERLA
-Debes utilizar siempre un recipiente grande y con las paredes altas. La pasta debe tener el espacio suficiente para hacerse. Si no, quedará pegada. Además, la altura de la olla te ayudará a que los borbotones de agua no salpiquen fuera de ella.
-Respecto a las cantidades, puedes calcular entre 80 y 100 gramos por comensal.
-No hace falta que eches aceite o mantequilla para cocer la pasta. Esto no evitará que se pegue entre sí.
-Lo que sí puedes añadir es sal: una cucharada por litro de agua (aprox).
-Es importantísimo que la pasta no se pase de cocción. Nada más desagradable en boca que una pasta extra cocida. Por eso es importante dejarla ‘al dente’, eso es, hecha por fuera pero un poquito dura en su interior (que hagan falta los dientes para comerla, de ahí el nombre). Ese punto depende del tipo de pasta -la fresca tarda menos en hacerse que la seca-, y también depende de la forma: las cintas alargadas tardan algo menos que las pastas de formas más gruesas (macarrones, conchas…). Por ello es fundamental seguir las indicaciones del fabricante. También puedes ir probando hasta que haya adquirido el punto que deseas.
-Respecto a ese punto ‘al dente’, recuerda que, si después de escurrir la pasta, vas a volver a meterla en una fuente de calor (en una sartén, por ejemplo, para mezclarla con la salsa) deberás dejarla un poco más que ‘al dente’, porque luego en la sartén se seguirá cocinando.
LAS SALSAS
-Recuerda que la salsa siempre ha de esperar a la pasta y no al revés. Esto es, prepara la salsa al comienzo. Y ya después, cuece la pasta. Una vez cocida, escúrrela (pero no la pases por el grifo de agua) y mézclala con la salsa.
-Respecto a qué salsas utilizar: está claro que aquí debe prevalecer el gusto personal. Pero es cierto que hay algunas reglas genéricas que estipulan qué tipo de salsa va mejor con cada tipo de pasta. Reglas que, curiosamente, no se dan en uno de los platos de pasta más famosos, los espaguetis boloñesa. Te contamos por qué:
Los cocineros italianos no sirven habitualmente la pasta delgada y alargada con salsas muy robustas o contundentes (como boloñesas, ragus…). Éstas se reservan más para pastas más cortas como los macarrones, penne, o conchas, capaces de capturar la salsa en su interior. También pueden emplearse con pastas largas, pero siempre que éstas sean más anchas, como los tagliatelle o los pappardelle. Así pues, para las pastas más delgaditas y alargadas, como espaguetis o vermicelli, van mejor con salsas ligeras (por ejemplo, van muy bien con salsas marineras).
-Las pastas en espiral, como los fusilli, funcionan bien con salsas tipo pesto (se adhiere muy bien a la pasta).
-Recuerda guardar un poquito del agua de cocción porque luego te puede venir bien a la hora de rebajar la salsa, si ésta es muy densa. Además, el almidón presente en ese agua ayudará a la que la salsa se pegue mejor a la pasta.
-En relación a la famosa salsa carbonara (la de verdad)... ¡nunca lleva nata entre sus ingredientes! Es la yema de huevo la que hace la veces de deliciosa salsa.
-Si lo que vas a preparar son canelones o lasaña, recuerda que estas pastas están pensadas para ser horneadas, no cocidas. Así que asegúrate de que la salsa/relleno que utilizas no es demasiado seco porque esa pasta necesitará absorber algo de líquido durante el cocinado, al igual que ocurre, por ejemplo, al hornear pasteles.
A LA HORA DE CONSUMIRLA
Es preferible no utilizar la cuchara a la hora de comer espaguetis; es mejor usar un tenedor (separar un montoncito de espaguetis y comerlos enrollados en el tenedor). Tampoco han de cortarse.
Recuerda que las pastas elaboradas con harinas integrales (en lugar de refinadas) nos aportarán los beneficios de la fibra, y nos ayudarán a saciarnos antes. Es por ello que los nutricionistas recomiendan su consumo frente a las convencionales.
ALGUNAS RECETAS PARA DISFRUTAR DE LA PASTA
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Puchero de pasta corta y alubias