5 cosas que NO debes hacer si estás pensando ponerte a dieta
He aquí algunos de los errores más comunes que cada mes de septiembre cometemos con el fin de perder los kilos ganados en vacaciones
Llega septiembre y con él, la misma canción de siempre: y ahora… ¿cómo bajo yo estos kilos ganados a golpe de chiringuito?, ¿cómo puedo terminar con ellos lo más rápido posible?... He ahí el primer error grave: tener prisa. Es solo una de las muchas cosas que no debes hacer si has cogido peso durante las vacaciones y quieres deshacerte de él. Te resumimos a continuación algunas de esas pautas erróneas (y muy comunes) de las que debemos huir, por tentadoras que sean…
HABLAR DE ‘DIETA’
El mismo nombre ‘ponerse a dieta’ encierra ya una pauta equivocada. Porque nos da idea de algo ‘limitado’ en el tiempo. Cuando, en realidad, lo que hay que hacer es volver a los buenos hábitos de alimentación y que estos perduren siempre en el tiempo. La idea es entenderlo como un estilo de vida a largo plazo y no como algo temporal.
APUNTARTE A ALGUNA DIETA 'MILAGRO'
Sabes de sobra cuáles son: aquellas que prometen rápidas bajadas de peso en poco tiempo. Reconocerlas es sencillo: o bien basan su éxito en el consumo de un alimento concreto; o bien prohíben determinado grupo de alimentos priorizando otros (todo proteínas, nada de fruta, etc), también están las que incluyen la venta de productos para ayudar a bajar de peso... Sí, es cierto que todas ellas suelen conllevar a una bajada de peso rápida… tan rápida como lo que tardas luego en recuperarlo, una vez dejas la dieta. Eso son suerte, porque muchas veces lo que ocurre es que se gana más peso del que se partía en un principio ('efecto rebote'), por no hablar de otros problemas de salud que también pueden comportar estos regímenes (transtornos digestivos, hepáticos, renales...). De modo que, por muy bien que suenen estas dietas… ¡huye de ellas! De hecho, una buena regla a tener en cuenta en materia de nutrición y pérdida de peso es: si suena demasiado bien, seguramente no será cierto.
CREERTE NUTRICIONISTA
¿Por qué si nos rompemos un hueso vamos al traumatólogo, o si nos sale un sarpullido vamos al dermatólogo, pero si tenemos un problema relacionado con el peso y la alimentación nos ponemos a hacer cualquier dieta sin acudir al médico especializado? No todos los regímenes alimenticios sirven para todo el mundo, por ello es muy importante acudir en un dietista-nutricionista para que nos personalice un tratamiento. Por cierto, que en este sentido, deberemos asegurarnos de que estamos frente a un profesional ‘de verdad’ (Grado o Diplomado Universitario en Nutrición Humana y Dietética), debido al alto grado de intrusismo que padece esta profesión.
DAR POR SALUDABLES ALIMENTOS QUE, EN REALIDAD, NO LO SON
Si aún piensas que un desayuno saludable incluye un zumo de naranja natural y unas rebanadas de pan con fiambre de pavo… necesitas derribar algunos mitos, comúnmente extendidos. ¿Algunos ejemplos? Los zumos de frutas, por muy naturales que sean, nunca sustituirán a las piezas enteras de fruta (siemrpe es preferible tomarla entera); productos como el pavo o el jamón york tampoco pueden entrar en tu lista de alimentos saludables porque son carnes procesadas; los productos light tampoco son aconsejados en muchos casos (este nombre sólo indica que tienen un 30% menos de calorías que su homónimo convencional. Así que, por ejemplo, una mayonesa light seguirá siendo un producto a consumir de forma esporádica, por muy light que sea. Tampoco los productos supuestamente ‘fitness’ (caso, por ejemplo, de muchos cereales de desayuno) son saludables porque muchas veces tienen elevadas cantidades de azúcar (tanto como los convencionales)... Solución a todo esto: no dejarse engañar por los reclamos publicitarios de los productos y dedicar un poco de tiempo en el mercado a leer bien las etiquetas de los alimentos.
OBSESIONARTE CON LA BÁSCULA
Cualquier nutricionista (serio) te desaconsejará pesarte cada día o estar contado calorías permanentemente. De hecho, el peso es solo un dato y por sí solo no es indicativo de salud, hay que tener en cuenta otros factores. De ahí, de nuevo, la importancia de acudir a un buen profesional de la nutrición.