10 consejos para eliminar el plástico de tu cocina
En poco más de treinta años habrá más plásticos que peces en nuestros océanos. Frenarlo está en nuestras manos. La cocina puede ser el lugar perfecto para empezar a ser más sostenible
La contaminación por plásticos se está convirtiendo en un problema enorme que nos afecta a todos y del que, organizaciones como Greenpeace, ya han dado la voz de alarma con su campaña para 2019: #BreakFreeFromPlastic. Y es que, entre unos y otros, estamos convirtiendo nuestros mares en grandes vertederos. Ya son cinco las islas que han emergido por residuos flotantes, una superficie total de 16 millones de km2 que ha sido cubierta por el plástico y 12 millones de toneladas de desperdicios que arrojamos al océano cada año. Algo que no afecta solo al ecosistema, sino también, a nosotros: últimamente, no paran de aparecer informes médicos que certifican la presencia de microplásticos en el organismo humano. En esta cultura global en la que estamos acostumbrados a usar y tirar, conseguir ponerle freno es un gran desafío; pero podemos aportar nuestro granito de arena desde casa. Empecemos desde la cocina.
Según José Luis Gallego, autor del libro Plastic Detox. 5x10 Ideas para reducir el plástico en tu día a día, es autoimponerse lo que él llama La dieta del plástico. Y el punto de partida es saber que, antes de reciclar (una práctica importantísima) hay que reducir. Te damos diez tips para que conseguirlo. Tu cocina será más sostenible.
Di no a la bolsa de plástico cuando vayas al supermercado
Muchas de ellas acaban en el mar. Y, aunque las últimas leyes gubernamentales están tratando de minimizar su uso al máximo, todavía no estamos acostumbrados. Su producción genera un alto consumo de energía y, como residuo, permanece en el mar durante un siglo. Por eso, antes de ir al supermercado, calcula bien lo que vas a comprar y lleva bolsas de tela, una cesta o capazo si vas a por frutas y verduras y vuelve a recuperar el carrito de la compra del pasado.
Separa y recicla
Parece algo evidente, pero muchos hogares aún no lo hacen. Separar los envases y los envoltorios de plástico es una de las mayores contribuciones que podemos hacer y, además, los poderes públicos parecen implicados y dispuestos a ayudarnos. Si no sabes cómo hacerlo, hay numerosas guías en Internet (como la del Ayuntamiento de Madrid) que te descifrarán el creciente universo del reciclaje.
Para los amantes del vino: prioriza las que tengan tapones de corcho
Se trata de un material obtenido de los troncos de alcornoque que les protege de las inclemencias, pero que, al ser retirado, ayuda a su desarrollo y saneamiento; por lo que utilizarlo es totalmente sostenible. Intenta rechazar los vinos que tengan tapones de polietileno, que pueden llegar a ser perjudiciales para nuestra salud.
Los tomates brillantes y perfectamente redondos son de mentira
La piel es muy dura, resisten días y días en nuestra nevera y, en los supermercados, alguna semana más. ¿Lo ves normal? Esta variedad de tomates procede de la manipulación genética y se cultivan en invernaderos, sin apenas contacto con la tierra o los rayos del sol. Opta siempre por los que sean de proximidad y que aseguren proceder de agricultura sostenible; limitarás el uso del plástico en su producción y ganarás salud.
No compres fruta envuelta en plástico ni la envuelvas tú
Tenemos la manía de envolver la fruta en papel film o de aluminio cuando la llevamos en el bolso o se la ponemos a nuestros hijos para ir al colegio. Lo que no sabemos es que el mejor envoltorio de una fruta es su propia piel o cáscara. ¿Por qué sustituirla? Además, conseguirás mantener sus propiedades intactas, conservándose de forma natural. Y lo mismo pasa cuando compramos fruta troceada en el supermercado o metida en cajas de polietileno o en una malla de plástico. Intenta acudir a los mercados de siempre o a tiendas en las que puedas comprar a granel.
Tus propios tarros para encurtidos
O cualquier tipo de frutos secos, aceitunas e, incluso, legumbres. Numerosas tiendas ecológicas comienzan a ofrecer descuentos a los clientes que lleven sus propios recipientes de cristal. Por eso, no tires los que utilices en casa y dales una segunda oportunidad.
No a los utensilios antiadherentes
En su diseño se utiliza el ácido perfluorooctanoico (PFOA), conocido como C8, un producto tóxico tanto para el medio ambiente, como para ti. Es más, el propio fabricante suele recomendar dejar de utilizar aquellos productos en los que esa superficie empieza a desprenderse o muestre ralladuras. Por eso, antes de hacerte con una, asegúrate de que están libres de PFOA y apuesta por materiales como el acero inoxidable, el hierro fundido o el barro cocido.
Usar y abusar de los táperes de cristal
Para sustituir el uso del film transparente, el papel de aluminio o las bolsas para congelar que suelen monopolizar nuestras neveras y congeladores. Elige siempre el vidrio que, además, nos permite calentar el contenido varias veces y es muy duradero. Si te ocupa demasiado espacio:
- Opta por bolsas con cierre elaboradas con restos de la caña de azúcar, pues acaban degradándose en apenas unos días.
- Reutiliza las bolsas de papel que te dan con el pan para conservar las frutas y verduras.
- Utiliza platos de la misma medida para tapar platos ya preparados.
Deshazte de los hules y salvamanteles de plástico
Las alternativas son, además, mucho más acogedoras para una mesa. Manteles de algodón o de fibras naturales, de formato individual hechos de corcho, bambú o cáñamo son algunas de las muchas opciones que tienes para no utilizar, también sobre la mesa, plásticos.
Tazas y botellas de agua reutilizables
Y si eres de los que tienes cocina en la oficina, no hagas uso de las máquinas de vending. Llévate tu propia taza para el café y una botella de vidrio para el agua. Hay algunas que incorporan filtros para mejorar el sabor del agua, otras que son térmicas o con filtro para infusiones. Ya no tienes excusas.