Con el queso, lo mejor es sumar: 'más es más'

Queremos celebrar el Día Internacional del Queso con unas recetas muy sencillas, posibles maridajes y algunas curiosidades que harán las delicias de todos los ‘cheeselovers’. Y son muchos

por Marta Romero

El origen del queso se sitúa, según los historiadores, en Mesopotamia. Estos aseguran que, ya en el año 6000 a.C. se comían, al menos, algunas variedades que provenían de la vaca y de la oveja. Sin saber exactamente cuáles, en la actualidad contamos con más de dos mil variedades, siendo la mozzarella el más consumido a nivel mundial. Un premio que se llevan los italianos cuando, en realidad, son los griegos los que más queso consumen y, para ellos, no hay ninguno mejor que el feta. Aunque con este delicioso alimento -fuente de proteínas, calcio y fósforo-, los honores están bien repartidos.

Es en Suiza, en 1815, donde se sitúa la primera fábrica de queso. Un país que, por normativa, no es muy afín a la producción industrial de este alimento. Así, para elaborar un queso suizo se necesita casi el doble de leche que para los demás, pues se realiza de una forma muy artesanal, ya que el pastoreo de las vacas aquí es obligatorio y está prohibido el uso de hormonas y antibióticos en la crianza del ganado. Por tanto, ningún queso de la región puede contener aditivos químicos. Algo que no sucede en Estados Unidos, el mayor productor a nivel mundial. El más consumido es el que proviene de la leche de vaca, después el de oveja y, por último, el de cabra; dejando para el final algunas otras especialidades como el de búfala, burra o camella.

En España hay más de 200 variedades diferentes, aunque no llegan ni a 30 las que tienen Denominación de Origen (D.O.P.), un distintivo que ofrece la Unión Europea para reconocer la calidad de un producto y darles garantías al consumidor. Entre las más conocidas están el Queso Manchego (Castilla-La Mancha), el Queso Idiazábal (País Vasco), el Queso Cabrales (Asturias), el Queso Tetilla (Galicia) o la intensa Torta del Casar (Extremadura). Para celebrar el Día Internacional, te dejamos varias recetas para que puedas incluirlos como un ingrediente más en tu menú de la semana.

FONDUE CASERA

Paso a paso: una fondue de queso en casa

Una de las formas más deliciosas de degustar un buen queso, además de hacerlo con una buena tabla, frutas y mermeladas, es la que nos traen nuestros vecinos franceses, con uno de sus platos más típicos: una fondue, una idea estupenda, además, para juntar a cenar a tus amigos.

¿Su maridaje perfecto? Todo dependerá de los quesos que decidas utilizar. Entre los que te hemos propuesto en nuestra receta están el Gruyère y el Emmental, que combinarían a la perfección con un vino blanco semidulce o tinto con toques afrutados.

PASTEL DE QUESO CON CALABACÍN Y PARMESANO

Paso a paso: pastel de queso con calabacín y parmesano

Otra receta casera y perfecta para cualquier reunión en casa es este pastel de queso con calabacín que, con una textura esponjosa, nos puede funcionar como una auténtica base para combinar, esta vez, con embutidos.

¿Su maridaje perfecto? Al tener al parmesano como ingrediente, lo mejor es contar con un buen vino tinto o un lambrusco tinto seco.

TARTA DE QUESO Y FRUTOS ROJOS

Paso a paso: tarta de queso y frutos rojos


Por último, no podemos dejar de recomendarte uno de los postres más tradicional elaborado con el queso como auténtico protagonista. Y aunque en este artículo te contábamos dónde encontrar la mejor tarta de España, te animamos a que hagas la tuya en casa.

¿Su maridaje perfecto? Te proponemos que lo hagas con una de las últimas tendencias en Francia y los países nórdicos: el café. Una moda que, según asegura Antonio Palmero, Coffee Ambassador de Starbucks, “hay cafés que logran una combinación natural con queso, porque muchos de los aromas que se encuentran en los granos tostados (nueces, caramelo, chocolate, flores, frutas) se encuentran también en el queso”. En este caso, al ser una receta con queso suave y cremoso, lo mejor es elegir uno con origen asiático.