MasterChef: Amaia y Alfred ponen música a una noche que termina con la expulsión de Jorge
El joven periodista de Granada no pudo superar la prueba de eliminación final, una de las más competidas de cuantas se han celebrado hasta ahora en el 'talent'.
Es probable que si hace unas semanas le hubieran dicho a Jorge que una sencilla receta de tiramisú iba a ser la causante de su expulsión, no lo hubiera creído. Pero en MasterChef estamos cansados de ver cómo, a menudo, lo más improbable se hace realidad…
Mucho más previsible fue el arranque de la noche. Y es que para el desarrollo del primer reto, el programa optó por desafiar a los concursantes con una prueba convertida ya en todo un clásico: el robo de ingredientes en cesta ajena. Cada aspirante debía quitar a uno de sus compañeros 12 de los 18 ingredientes con los que todos contaban en un primer momento (pichón, garbanzos, hierbas aromáticas, frambuesas liofilizadas, jengibre, bulgur...). Su misión: cocinar un plato creativo únicamente con los 6 ingredientes restantes. Como siempre hubo quien se portó mejor, y también quien sacó su lado más competitivo, dejando a sus compañeros sin ingredientes principales con los que cocinar (caso, por ejemplo, de Jon, que sigue sin hacer demasiadas migas con muchos de los aspirantes).
Una prueba en la que también vimos cocinar a Jordi Cruz (el miembro del jurado se calzó la chaquetilla para dar buena muestra de cómo con muy pocos ingredientes se pueden sacar grandes platos) y que contó con dos visitas muy especiales. Por un lado, actriz Patricia Montero (finalista de la última edición de ‘MasterChef Celebrity’), encargada de catar los platos junto con los jueces, y por otro, la de Amaia y Alfred. La pareja acudió a plató para animar a los concursantes, haciendo gala de su habitual naturalidad. “Oye, ¿luego podemos probar los platos nosotros?”, preguntaba la ganadora de OT, quien aseguró no saber cocinar, más allá de unos huevos fritos o una ensalada. Lo que sí sabe hacer, y muy bien, es encandilar al público con su talento y su voz, tal y como volvió a demostrar en directo junto a Alfred, cantando ambos un tema a cappella, mientras Samatha y Pepe no dejaban de bailar.
Tras los 75 minutos de cocinado, fueron Jon y Marta quienes, según los miembros de jurado, mejor supieron suplir la falta de ingredientes a golpe de creatividad y buen hacer. Sus platos fueron los mejor valorados, lo que en condiciones normales les convertiría en capitanes en la prueba de exteriores. Sin embargo (nuevo imprevisto) ese papel lo ocuparían finalmente Sofía y Fabio, los dos peores en este primer reto. Eso sí, independientemente de su labor fuera del plató, irían directos a la prueba de eliminación…
Segundo reto de la noche. Escenario: el nuevo estadio del Atlético de Madrid, Wanda Metropolitano. Divididos en dos equipos formados al azar (en el rojo, Sofía, Ketty, Jon, Víctor y Toni; en el azul, Fabio, Oxana, Marta y Jorge) los concursantes debían preparar un menú especial para deportistas formado por platos muy nutritivos: Coca con escalibada y caballa curada; Tortellone relleno de pollo de corral; Lubina con risotto de trigo; y Compota de manzana y espuma de yogur desnatado. Todo ello para 70 comensales ligados de un modo u otro a este conocido club de fútbol.
Ambos equipos tuvieron aciertos y errores a la hora de cocinar. Tanto que incluso Samantha anunció que se había producido un empate técnico. Sin embargo, uno de los grupos consiguió “tener más ordenados y controlados los procesos, y ese equipo ha sido… el rojo”, anunciaban los jueces. Un veredicto que Jorge y, especialmente, Oxana (ambos en el lado perdedor) no terminaban de compartir.
Tanto es así que, ya de vuelta en plató y momentos antes de comenzar el último reto de la noche, la rusa continuaba mostrando su desacuerdo, enfrascándose en un pequeño rifirrafe con Pepe Rodríguez. “Era empate técnico”, esgrimía, aún molesta. Enfado que luego resolverían con un sentido abrazo. “Si es que Pepe es un cielo”, aseguraba Jon desde la galería, no sin razón…
Había algo que no terminaba de encajar. Cinco concursantes, ataviados con sus delantales negros y dispuestos a jugarse su permanencia en el programa (Fabio, Oxana, Jorge, Marta y Sofía) y tan solo cuatro campanas escondiendo cuatro platos. Definitivamente, la prueba de eliminación no iba a ser convencional. “Deberéis batiros en duelos encadenados”, les anunciaban. ¿Y eso cómo se traduce? La mecánica era sencilla: un aspirante debía seleccionar una de las campanas y, tras descubrir el plato a cocinar, tenía que escoger a un compañero con quien competir. Quien lo hiciera mejor se salvaría y el peor se enfrentaría al siguiente duelo, escogiendo nuevo contrincante y nueva campana.
Fabio tuvo la ventaja de comenzar el juego. Primer reto: preparar unos ñoquis enfrentándose a Sofía. Fue esta última quien salió indemne (Fabio ni siquiera recordó cocer los ñoquis, un grave error del que sus compañeros, en la galería, no daban crédito). Segundo reto: preparar una ensaladilla rusa. En esta ocasión Fabio se batía en duelo culinario contra Marta. También ella le ganó ‘la partida’. La ensaladilla de Fabio tampoco convenció al jurado. Tercer reto: hacer una hamburguesa. Esta vez sí; Fabio consiguió superar a su nuevo contrincante, Jorge.
Solo quedaban dos delantales negros, Jorge y Oxana, y un último reto: elaborar un tiramisú. Y aquí la pericia de la rusa con la repostería resultó determinante. Su postre fue calificado por el jurado con adjetivos como “rico y equilibrado”, mientras que el de Jorge fue tachado de “descompensado” en lo relativo a las cantidades de los ingredientes. Parecía claro pues que el veredicto final no iba a ser favorable para el joven periodista de Granada. “Me da mucha pena marcharme porque cada vez me notaba mejor, con más fuerza”, aseguraba Jorge tras escuchar que era él quien debía decir adiós al programa. Aunque quién sabe si no será en realidad por mucho tiempo... Y es que la semana que viene tendrá lugar la ya tradicional repesca de MasterChef. Y tú, ¿quién crees que será premiado con una segunda oportunidad? ¡Se abren las apuestas!
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