Elena se despide de MasterChef entre lágrimas

A pesar de dejarse la piel, la policía sevillana no pudo superar la última prueba de eliminación, en un programa que contó con la visita de los actores Fernando Tejero y Loles León, así como grandes figuras de los fogones españoles

por hola.com

‘Salvo milagro del cielo, la que se va soy yo’. Así de claro lo tenía Elena tras el 'Manos arriba' de la prueba de eliminación. La sevillana se había dejado la piel en el difícil reto final, donde los concursantes debían reproducir unas espectaculares tartas nupciales, pero la fortuna no estuvo con ella… una vez más. Y es que, a pesar de su inmejorable actitud (es luchadora como pocas), lo cierto es que el factor suerte no le ha acompañado demasiado desde que comenzara el talent

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El programa arrancaba con la clásica ‘Caja misteriosa’. En su interior, esta vez, se escondía una gran montaña de arroces distintos. En concreto cuatro variedades: bomba, venere, salvaje y largo). ¿El reto de esta primera prueba? Preparar un plato en 60 minutos con este cereal milenario como ingrediente protagonista. Para ello, los ocho concursantes que aún quedaban en la pelea por hacerse con el trofeo de ‘MasterChef 5’ (Edurne, Jorge, Miri, Elena, Silene, Laila, Nathan, y Odkhuu) tuvieron la suerte de contar con los consejos de la chef María José San Román, experta en arroces y ‘capitana’ de los fogones del restaurante alicantino ‘Monastrel’ (una estrella Michelín). La cocinera les habló sobre los tiempos de cocción del arroz en función de cada variedad, les ofreció recomendaciones para que no quedara demasiado seco… Eso sí, el cocinado no estuvo supervisado por ella, ni por los miembros del jurado, sino por dos 'viejos conocidos' del programa: los actores Loles León y Fernando Tejero, dos de los concursantes más queridos y populares de la primera edición de MasterChef Celebrity (cuya segunda entrega está ya en proceso de grabación).

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Curiosamente, a pesar de ser el arroz uno de los productos más utilizados en la dieta mediterránea, fueron los preparados por Odkhuu (procedente de Mongolia) y Silene (originaria de Brasil) los mejores valorados por el jurado en una cata a ciegas. Ambos obtuvieron críticas muy positivas, lo que les valió para convertirse en capitanes de la segunda prueba, de la exteriores.

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Para su desarrollo, el equipo se trasladó esta vez a unos de los restaurantes más demandados de Madrid: BiBo, del chef Dani García. Abierto el otoño del año pasado, se trata de la ‘réplica’ del BiBo que García abrió en Marbella junto a su restaurante gastronómico (‘Dani García Restaurante', dos estrellas Michelín). Un lugar ideal para disfrutar de la cocina más canalla y ‘low cost’ de este gran cocinero andaluz.

Divididos en dos equipos, los concursantes debían replicar seis de los platos que normalmente figuran en la carta de BiBo (tres platos por equipo) para un público formado por 40 bloggers e instagramers de moda y gastronomía. Y una vez más… el caos se apoderó de las cocinas. El equipo azul, capitaneado por Silene, no pudo arrancar peor: conflictos con los miembros de su equipo (la tensión entre ella y Miri se hizo palpable en más de una ocasión), desorganización, falta de control... Una gestión tan deficiente por parte de la brasileña, que le llevó no solo a la derrota de su equipo. sino a ser seria (y justamente) reprendida por el jurado: ‘Eres tan tozuda que te permites cuestionar todo lo que se te dice’, le abroncaba Jordi Cruz.

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El equipo rojo no lo hizo muchísimo mejor pero, al menos, consiguió sacar adelante los dos primeros platos. ¿Su recompensa? Una Masterclass de lujo a cargo de Dani García.

Elena, en el equipo perdedor, se lamentaba de la falta de fortuna que ha tenido en las pruebas de exteriores desde que comenzara el concurso: ‘Si no es por una cosa es por otra… Parece que el esfuerzo no tiene recompensa. Siempre me toca la cara de la moneda que pierde’, aseguraba, visiblemente desanimada. Todo un presagio de lo que, minutos más tarde, sucedió en la prueba final de eliminación.

Además de Elena, también lucían delantal negro Gisele, Jorge y Miri. La cosa estaba entre ellos cuatro y el reto no pintaba sencillo: reproducir unas impresionantes tartas nupciales, diseñadas por Patricia Schmidt (casada con el conocido repostero Christian Escribà, Patricia es una de las mejores diseñadoras de tartas del país). Pero la competición no fue igualitaria; al haber sido el mejor de su equipo en la prueba anterior, Jorge tenía la ventaja de asignar la tarta que debería replicar cada concursante: él se quedó la más sencilla, a Miri (con quien parece mantiene algo más que un tonteo) le asignó otra tarta ‘hecha a su medida’, favoreciéndole claramente, y para Gisele la que, en principio era más complicada. Sin embargo, la brasileña, experta en panadería, no tuvo excesivos problemas para resolver su misión. De hecho, su tarta recibió grandes felicitaciones por parte del jurado. Quien sí se vio en muchos apuros fue Elena. Su tarta era también muy complicada y, aunque se dejó la piel intentando sacar adelante el trabajo, finalmente no consiguió terminar a tiempo.

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El jurado no lo tuvo fácil en decisión final. Silene y Miri estaban salvadas (la calidad de sus preparaciones estaba fuera de toda duda), pero entre Jorge y Elena… ¿a qué dar prioridad?, ¿qué valorar más?, ¿una gran actitud y un trabajo con defectos, o bien un trabajo bien resuelto pero con un actitud más reprochable? (en más de una ocasión el jurado ha ‘acusado’ a Jorge de tener horchata en lugar de sangre en las venas). Aún así, prevaleció el trabajo bien resuelto, lo que empujó directamente a Elena a la expulsión.

La sevillana no pudo contener las lágrimas al conocer el veredicto: ‘Lo he dado todo en esta prueba. Me voy orgullosa de lo que he hecho, aunque es cierto que me queda ese pequeño resquemor de no haber dado todo lo que tengo’. Laila, gran apoyo de Elena en el concurso, bajó, también muy emocionada, a abrazar y consolar a su amiga.

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También Eva González quiso ofrecerle unas palabras de ánimo (‘Eres de las pocas personas que he visto moverse con alma de cocinera en este plató', le aseguró), a las que se sumó Jordi: ‘Esa pasión que demuestras, no la metas en una cajita, porque la suerte alguna vez tendrá que venir de cara’, le dijo el chef catalán de forma muy cariñosa mientras se despedían. Una decisión complicada, que derivó en uno de los momentos más emocionantes de esta entrega del concurso. Pero para bien o para mal, como dice la famosa canción, 'The show must go on'...