El otoño no ha pillado desprevenida a la Ciudad Condal, que lleva meses preparando la apertura de nuevos restaurantes. Mucho producto, sobre todo mucho mar, y algún que otro apellido consagrado en el olimpo de las Michelin se cuela en una lista donde abundan los nuevos formatos de restaurante con esperadas aperturas.
Especializado en cocina marinera y con unas vistas de impresión desde la planta 24 del mítico edificio Colón de Barcelona, el nuevo reto del empresario restaurador Enrique Valentí, Marea Alta, es ya una realidad en la Ciudad Condal. Rodaballo de Guetaria, merluza y palometa roda del Puerto de Cudillero en Asturias, marisco y crustáceos de la lonja gallega de Vigo y La Coruña, gamba roja de Palamós, cabracho de Cap Roig, espardeñas del litoral catalán… una oda al producto, al buen producto que da el mar y que en la cocina de Marea Alta se elabora con maestría. Todo un sueño hecho realidad el de este cocinero madrileño afincado en Cataluña que, además, de una buena cocina, sirve sus platos acompañados por espectaculares vistas 360 grados de una Barcelona en plena ebullición. Una ciudad a la que mirar de reojo a través de los enormes ventanales del comedor, un espacio insólito que sorprende por la sencillez y por el ambiente marinero que rezuman hasta los uniformes de los camareros. Un completo homenaje al mar desde las alturas de Barcelona. El proyecto más personal de Valentí se completa con la coctelería Marea Baja, ubicada en la planta 23, que dispone, además, de una terraza abierta no solo a los clientes del restaurante, sino también a quienes quieran tomar una copa o algún ‘finger food’ mientras disfrutan de las vistas.
Entre las muchas novedades de Barcelona no podía faltar una irremediable vuelta a los orígenes como la que abandera Xibarri. Este restaurante de alma clásica y aspecto canalla rezuma pasión en cualquiera de los platos de su carta, con apuestas típicas de la gastronomía catalana y alguna que otra receta que recuerda notablemente a “la cocina de la abuela”. Ubicado en el lobby del hotel Yurbban, Xibarri es otra de las sensaciones gastronómicas de la temporada en Barcelona. Una cocina honesta y sencilla donde prima el producto y su escrupulosa elaboración por encima de cualquier otra cosa. Una teoría que se pone en práctica en sus crujientes por fuera y melosas por dentro ‘croquetas de pollo’ (en el ranking de las mejores de Barcelona) o en la ‘xatonada con morro de bacalao’. De que esté todo en orden se encarga Carles Garriga, un joven apasionado por la gastronomía que dedica cuerpo y alma a la cocina de Xibarri y a dar forma a un entorno desenfadado y cosmopolita en plena Ciudad Condal (Trafalgar 30). De ahí que, además de su oferta gastronómica, también se pueda disfrutar de una propuesta musical basada en conciertos de pequeño formato y música en directo. Y esto, con una finísima ‘coca de recapte’ (delicada masa con verduras asadas generalmente servida con butifarra) en la mano, es un plan imprescindible.
Se abre el telón del Gran Teatro del Liceo y aparece Ópera Samfaina. No, no se trata de ninguna obra de teatro, sino del penúltimo espacio gastronómico que ha abierto recientemente en Barcelona. Y nada menos que en el Liceo. Así que aprovechando el tirón cultural y exclusivo del continente, se ha creado un contenido que redefine conceptos como el museo, el mercado, la restauración o el espectáculo aunándolos en una exclusiva propuesta de ocio gastronómico, en un viaje cultural a través de la gastronomía. Detrás de esta apuesta ‘gastro’ se encuentran un buen puñado de profesionales expertos en gastronomía, ocio, artes visuales, plásticas y digitales, y suenan nombres como el de los hermanos Roca (Celler de Can Roca y Rocambolesc), Franc Aleu (escenógrafo de óperas y creador del espacio), Joan Gràcia (Lío Ibiza, Tricicle) o Annette Abstoss, responsable de la oferta gastronómica del concepto y para quien Ópera Samfaina “no es un restaurante, sino que hay distintas áreas de degustación”. Diferentes barras, platillos, tapas, vermú o cervezas forman este proyecto gastronómico recién inaugurado en Barcelona, en uno de los tesoros más codiciados de la ciudad, el Gran Teatro del Liceo.
"Estimar' es el amor por el mar y su materia prima, el trabajo con dedicación y la pasión por nuestros clientes”. Son palabras de Rafa Zafra, el chef andaluz que desde hace unos meses se sitúa al frente de Estimar, un pequeño restaurante escondido en las entrañas del barrio del Born desde donde se ensalza la pasión por todo lo bueno que da el mar. Zafra, con una extensa experiencia junto a los hermanos Adrià, y siendo ex jefe de cocina del estrellado restaurante andaluz de La Hacienda Benazuza, recibió también hace unos meses el deseado ‘Macarfi Rookie 2016’, premio que posicionó a su Estimar como ‘mejor nuevo restaurante en Barcelona’ y lo catapultó directamente al éxito. Estimar es un lugar íntimo, coqueto, bien pensado y con un profundo amor y respeto por el mar. Y así, aunando conocimiento catalán y andaluz, han conseguido que Estimar (que en castellano significa “querer”) sea hoy todo un paraíso para los amantes de los productos marinos y del juego que dan sus sabores y texturas, como su ‘carpaccio de cigalitas y cebolla caramelizada' (Homenaje al Bulli 1995) o los ‘chipirones rebozados a la andaluza con mayonesa de su propia tinta’.
Unos que llegan y otros que se hacen esperar, como la última aventura de Albert Adrià y su Enigma, aún nos hará esperar un par de meses antes de que por fin quede 'descifrado' el secreto del esperado restaurante tras varios meses de retraso. Su web ya admite reservas, parece que abrirá la semana del 15 de enero, y su propuesta gastronómica, aunque se guarda con sigilo -de ahí el nombre del restaurante-, promete todo un viaje a través de la gastronomía mundial.