‘Tic, tac, tic, tac… El XOw ya casi ha comenzado… Preparados???’ El chef David Muñoz ‘calentaba’ en su cuenta de twitter una de las citas que más expectación habían generado dentro del sector ‘gastro’ durante las últimas semanas.
Muñoz, al frente del restaurante madrileño ‘DiverXo’ (cuyos fogones, premiados con tres estrellas Michelin, acaban de ‘mudarse’ a un nuevo espacio más amplio, en el interior del Hotel 'NH Collection Madrid Eurobuilding') escribía este tuit cuando sólo faltaban unas horas para el estreno de ‘El XOw’, un ‘cortometraje documental emocional’. Así, al menos, rezaba la enigmática nota informativa que convocaba a la prensa. ‘¿Y el lugar del evento? ‘De momento no podemos desvelarlo’, aseguraban desde el gabinete de comunicación.
Sólo ayer, el mismo día del misterioso estreno, se supo que la cita sería en el ‘Teatro de la Abadía’ de Madrid. Hasta ese momento, la información sobre el corto había ido apareciendo con cuentagotas. 20 segundos de trailer era prácticamente lo único que había trascendido.
En la sala ‘José Luis Alonso’ del teatro no cabía un alfiler. 45 minutos después de la hora concertada (¿simple impuntualidad o pura estrategia para alimentar aún más la expectación?) David Muñoz tomaba asiento en el escenario. Tras los agradecimientos pertinentes, el ‘chico rebelde’ de la cocina española (desencaminados van quienes no vean más allá de una cresta subversiva) se dirigía al público: ‘Y vosotros os preguntaréis, ¿qué es esto de ‘El XOw’?’ Y, proseguía, ‘en realidad este corto lo que pretende es explicar qué está ocurriendo en el mundo ‘XO’, en el que se incluye no sólo ‘DiverXo’, sino también ‘StreetXo’ (el restaurante de cocina más ‘canalla’ y viajera que Muñoz dirige en el Corte Inglés de Callao, y que en noviembre se trasladará al barrio de Salamanca).
‘Los conceptos son distintos, pero ambos establecimientos tienen en común la parte del show; ese objetivo claro de ofrecer al cliente una experiencia única. Y este corto muestra la parte más metafórica y onírica de todo ese universo’, añadía, con el entusiasmo habitual que caracteriza a este talentoso y singular chef.
Se apagan las luces del teatro y comienza la proyección: una verdadera declaración de intenciones de lo que representa el concepto de ‘Cocina ‘Muñoz’, materializada en un cortometraje de doce minutos de duración, cuyas impactantes imágenes apenas dejan parpadear al espectador. Todo comienza en una mesa con seis comensales muy heterogéneos, perfiles bien diferenciados, rictus serios, casi altivos, caricaturescos.
Y entonces, a medida que este grupo de clientes comienza a degustar las propuestas que llegan a la mesa, los convencionalismos que se supondrían propios de un restaurante de tres estrellas Michelin comienzan a diluirse. Los comensales se sumergen poco a poco en una especie de catarsis sensorial, tan imprevista como placentera. Ya no hay reglas sino pura desinhibición. Adiós caretas. Adiós dogmas. Platos que se rebañan con los dedos, manos que hacen las veces de servilletas, delicados vinos que se degustan con fruición a grandes tragos… Carcajadas, éxtasis, sorpresa, locura total. ‘Para pararme me tendrás que matar’, dice al final una voz en off, mientras, un divertido e irónico plano final muestra a David en la sala de su restaurante, atado con una camisa de fuerza, mientras sonríe, con aire lunático....
Los aplausos inundan la sala y el cocinero, en la rueda de prensa posterior, hace hincapié en el mensaje recién mostrado en el corto: ‘Eso es lo que quiero le ocurra a quien viene a DiverXo; que, al finalizar, tenga la sensación de bajar de una montaña rusa, la sensación de haber sido zarandeado y que esa sensación haya sido placentera’. ‘Lo mejor es ir a verlo. Es la mejor manera de entender lo que quiero decir’.
Pocos serán los afortunados que, como dice David, tendrán la ocasión de vivir esta experiencia en primera persona durante los próximos meses (la capacidad para 40 comensales de ‘DiverXo’ frente al enorme número de peticiones de mesa no es siempre un inconveniente fácil de salvar). Pero también podemos hacer nuestra la filosofía de este cocinero irrepetible y pensar que, ‘peleando de forma incasable por lo que uno quiere, los sueños pueden convertirse en realidad más fácilmente’. Y mientras llega y no llega ese momento, siempre podremos revisitar este estupendo cortometraje (que, por cierto, podrá verse en la web del restaurante, hábil en unos pocos días) para no caer en el desánimo y seguir soñando con la promesa de una experiencia gastronómica única. Quien no se consuela…
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