'Top Chef': primera expulsión, una repesca sorpresa, y deliciosas recetas 'en clave verde'

El canario Joaquín Espejo se convierte en el primer concursante que abandona los fogones del popular ‘talent show’

por hola.com

El auge que ha adquirido la cocina vegetal en los últimos tiempos es algo de lo que ya os hemos hablado en más de un ocasión: cada vez son más los restaurantes que cuentan con huerto propio, los grandes chefs especializados en la cocina ‘verde’, o los congresos dedicados a esta tendencia culinaria. El programa de ‘Top Chef’ emitido anoche fue un gran reflejo de dicha corriente. Y es que los productos de la huerta contaron con un gran protagonismo en las pruebas a las que se debieron someter los doce concursantes.

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La primera de ellas tuvo a la patata como ‘reina’ absoluta. Una prueba dividida en dos partes distintas; en primer lugar, los candidatos debían enfrentarse al (en principio) sencillo reto de pelar 25 patatas lo mejor y lo más rápido posible. Decimos, en principio, porque, con las prisas, sólo unos pocos consiguieron no dejarse más de la mitad de la carne ‘pegada’ a la monda del tubérculo. Los cuatro mejores, Víctor, David, Teresa y Fran, se sometieron a una segunda fase, para así optar a la inmunidad. Y como la cosa iba de patatas, su misión era previsible: hacer un plato con ellas como ingrediente básico, una receta con la que 'el jurado pudiera flipar’, según las palabras del vehemente Chicote. No llegó a tanto la calidad de las propuestas pero, al menos, el plato presentado por Fran (un guiso marinero a base de patata y calamar, en la imagen inferior) sí cosechó los halagos de los implacables jueces.

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Para el desarrollo de la segunda prueba (la grupal),  el equipo se trasladó a la Huerta de Carabaña (espacio de seis hectáreas ubicado en la Comunidad de Madrid, donde se cultivan deliciosas frutas y verduras de manera tradicional). Habiendo resultado ganador de la prueba anterior, Fran se convirtió en jefe de equipo, y eligió el nombre de quienes debían ponerse al frente de los otros dos grupos: Carlos e Inés, respectivamente. El reto tampoco era sencillo en esta ocasión: hacer un plato con las verduras que previamente debían recolectar ellos mismos en la huerta, en un tiempo total de 60 minutos, y además, complacer el paladar de los agricultores de la zona (los encargados esta vez de valorar las recetas presentadas).

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Y comenzaron los primeros piques y desencuentros… En el seno del equipo naranja, Inés (la capitana) y Marc tuvieron sus más y sus menos; este último no recolectó todos los ingredientes que su capitana había decidido que utilizarían para preparar una salsa romescu… El cruce de acusaciones estaba servido: ‘Para mí Inés no aportaba nada al grupo, le falta carácter’, decía Marc. ‘Cuando una persona no se deja mandar, desestabiliza al resto’, aseguraba Inés. Al final la sangre no llegó al río y la capitana terminó disculpándose, 'sintiendo mucho haberlo hecho mal como jefe de equipo’.
Su grupo se salvó de la quema, al igual que el de Fran.

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Sus platos gustaron más a los agricultores que el presentado por el grupo capitaneado por el polémico Carlos. Ellos apostaron por la creatividad, elaborando un ‘huerto con base cremosa de acelgas, crumble de remolacha y aceite de tierra’ que no convenció a los hortelanos, y tampoco al jurado, en el que se encontraba como cocinero invitado el maestro de los fogones Rodrigo de la Calle. ‘Es un plato tosco, difícil de comer’, aseguró este experto en gastrobotánica (al frente de los fogones hasta hace sólo unos meses del Hotel Villamagna de Madrid).

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Así, los componentes que formaban el equipo de Carlos (además de él, Teresa, Joaquín, y Víctor), tuvieron que enfrentarse al reto de ‘La última oportunidad’. Una prueba que viajó de la huerta al mar, para convertir en protagonista a uno de los pescados más versátiles y apreciados por los consumidores: el bacalao. Prueba que, además, venía con ‘sorpresa’. No sólo debían competir entre ellos para hacer el mejor plato y evitar así dejar el programa, sino que quien resultara 'peor parado' en el veredicto, debería competir a su vez con el plato elaborado por Honorato, uno de los concursantes que se había quedado a la puertas de entrar en el programa anterior.

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Esta vez la creatividad ‘extrema’ de Carlos sí gustó a Alberto Chicote, Susi Díaz y Yayo Daporta. El valenciano presentó un ‘platazo de bacalao’ (según las palabras del propio Yayo) tan aplaudido que le proporcionó pasaporte directo a la salvación. Esta vez, el peor para el jurado, fue el Joaquín. El canario quiso hacer un homenaje a la cocina de su madre preparando una receta a base bacalao, lentejas y zanahorias. Sin embargo, según los expertos, se quedó a medio camino. Tanto es así, que incluso, en su competición con Honorato (quien presentó tres preparaciones con bacalao tradicionales, de gran sabor y ‘cocción perfecta del pescado') salió también perdedor, convirtiéndose así en el primer concursante expulsado en el concurso. Algo que, no obstante, se tomó con mucha deportividad: ‘Algo habré hecho mal, o algo habrán hecho mejor los demás. Para mí 'Top Chef' ha sido una experiencia maravillosa. Me vuelvo a Canarias con la cabeza muy alta’, aseguraba antes de ceder sus cuchillos a Honorato, a quien los fogones de ‘Top Chef’ le ofrecen una segunda oportunidad.

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Con doce concursantes comenzaba del programa de ayer, y con doce concursantes terminaba. Mismo número de candidatos y prácticamente misma audiencia obtenida que en el día de su estreno la semana pasada (un 15,9% anoche, frente al 15,5% del arranque). Buena salud televisiva para los fogones de 'Top Chef', que el próximo lunes viajará a Galicia y, además, contará con la presencia de un 'viejo conocido' del programa como ‘chef invitado’: el cocinero Ángel León (al frente del restaurante gaditano ‘Aponiente’ y jurado del show en su primera edición).