Si hay una fruta que se asocia al verano, esa es la sandía. Porque no hay nada tan refrescante para estas tardes de calor como una buena rodaja de esta fruta recién sacada de la nevera. Y lo mejor de todo es que además de disfrutar de su sabor, se aportan numerosos beneficios al organismo más allá de la súper hidratación (el 93% de esta fruta es agua). Porque es un alimento rico en vitamina A en forma de carotenos, en concreto del tipo licopeno —de ahí su color—, que tiene propiedades medicinales como la prevención de algunos cánceres o la disminución del colesterol. Además contiene —aunque en menor proporción— vitamina C que ayuda a la formación de colágeno, la cicatrización de heridas y la cura de distensiones musculares.
Claro, que no todas las sandías son iguales. La variedad ‘Sugar Baby’ tiene forma esférica y la piel lisa y verde botella. La ‘Miyako’ tiene la piel del mismo color, pero con estrías de un tono más intenso. Por su parte, la ‘Charleston Gray’ es ovoidal alargada, con la piel de color jaspeado verdoso. Por otro lado, ya sabrás que en los últimos se ha conseguido cultivar sandías sin pipas, conservando el sabor y las propiedades. Cualquiera de estas variedades tiene las mismas ‘instrucciones’ de compra. Si está abierta, fíjate en que la carne esté firme y jugosa. Si está cerrada, deberás guiarte por el aspecto de la parte inferior, donde un color amarillo pálido indica que está madura. Por el contrario, una mancha blanca o verdosa señala que fue recogida antes de tiempo y resultará insípida.
Te proponemos aprovechar todos los beneficios de la sandía durante el verano. Está más rica fría, así que acuérdate y métela en el frigorífico unas horas antes de consumirla. Una vez abierta, la debes guardar envuelta en film transparente para evitar que se seque y absorba olores de otros alimentos. Los más pequeños estarán encantados si les sorprendes con unos dados de sandía en la merienda o si la cortas en rodajas y le añades un palito a modo de helado.
Para mantener fría la sandía y que mantenga todas sus vitaminas, minerales y sabor, te recomendamos un frigorífico Bosch con cajón HydroFresh, que conserva las frutas y verduras hasta el doble de tiempo que en un cajón convencional.
De este modo, por ejemplo, puedes enfriar la sandía para preparar un nutritivo batido veraniego o sorprender a tus invitados con una de las frutas más coloridas de la temporada.
Si te haces con un frigorífico Bosch con cajón HydroFresh estás ahorrando dinero y energía. Porque no tienes que estar yendo a la frutería cada dos o tres días. Con acudir una vez a la semana, incluso cada 10 días, y comprar la cantidad necesaria y una buena variedad de fruta y verdura, será suficiente. Gastas menos en gasolina para el coche y, sobre todo, en tiempo. ¡Un invento!