Vicky y Mateo, finalistas de MasterChef

Más de tres millones de personas siguieron la semifinal de la que salió en primer lugar Emil, contra todo pronóstico. En la siguiente eliminatoria, a pesar de controlar la técnica, fue Cristóbal quien debió abandonar.

Por hola.com

Ya tenemos finalistas. Que es muy parecido a decir que tenemos ganador… casi. Tras el último programa, ya sabemos que Vicky y Mateo se enfrentará en el próximo programa por el título de MasterChef. Y contra todo pronóstico, Emil fue el primer eliminado de la noche por ‘culpa’ de la pantera rosa —el bizcocho no le salió— que Jordi propuso como reto. Junto con la chuleta de cordero de Pepe.



Los aspirantes comenzaron con el postre porque era la receta que llevaba más pasos y requería tiempo de frío para el helado. Helado que por cierto hicieron gracias a las placas de inducción de Electrodomésticos Bosch. Porque la leche y la nata han de calentarse hasta 80ºC. Una temperatura exacta que no sería fácil conseguir si no fuera por el control de temperatura de las placas de inducción de Bosch. Porque, como dijo Cristóbal, “la repostería es alquimia pura”; unos gramos más o unos grados más, pueden estropear el plato.
El cordero también requería esa exactitud para darle el toque final. Lo consiguieron, de nuevo, gracias a las placas de inducción de Bosch, en las que también cocinaron las albondiguitas.
Claro que en esta primera eliminatoria también fue esencial el horno que todos debieron emplear para hacer la tierra que acompañaba el cordero de Pepe. Los aspirantes tienen a su disposición los hornos de Bosch con todas las prestaciones. Tierra que a Vicky se le quemó y estuvo a punto de tirar la toalla. Suerte que continuó a pesar de los nervios que ella misma declaró tener: “Me temblaba hasta la mano”, porque terminó siendo la mejor de la prueba.

El siguiente reto se trasladó a la embajada de Italia, donde debieron cocinar —eso sí, vistiendo una elegante chaquetilla y no un delantal— para varios embajadores con sus acompañantes. De esta prueba salió triunfante —y finalista— Mateo, que se emocionó y se puso ‘tonto’, según sus propias palabras.
Vicky y Cristóbal tuvieron que enfrentarse por el segundo puesto en la final. Lo hicieron preparando Loritos con esferas y esponjas de tomate y una Mousse de nata a la vainilla con crema de yema y muelle de azúcar.
Para el resultado perfecto en los platos que daban el paso a la final, tuvieron, de nuevo en plató, la ayuda de las placas de inducción de Bosch. Les sacaron el máximo partido porque Cristóbal sofrió las verduritas y redujo el vino blanco .Y Vicky preparó una salsa con mucho sabor que acompañó el pescado. Y ambos pasaron los pescados, que quedaron perfectos gracias al control de temperatura del aceite de las placas de inducción Bosch. Esta función permite conseguir un dorado perfecto de los alimentos gracias al sensor automático.
Sin olvidarse, por supuesto, del muelle de caramelo con el que nos sorprendieron. Era complicado conseguir la temperatura adecuada para hacer el azúcar, porque como Cristóbal contaba, tiene que llegar a 150ºC. Esa es la clave. Y para ello es importante controlar la temperatura, una función que ofrecen las placas de inducción de Bosch con control de temperatura. Ambos dominaron la técnica de la esferificación, la espuma y las cremas. Pero el plato de Vicky consiguió más sabor. Y por eso se enfrentará a Mateo el miércoles que viene.

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