Y los retos no pueden ser más difíciles de cumplir. Es perfectamente comprensible que no todos los aspirantes sean capaces de seguir el ritmo. Un ritmo que ayer comenzó de la mano de Quique Dacosta, el rey del aprovechamiento. En efecto, la idea era aprovechar platos ya cocinados por los miembros del jurado y hacer nuevas recetas, pero con un plus de creatividad. Los cinco concursantes trataron de reinventar lentejas, guisos, carne asada al estilo roast beef, cocidos y hasta arroz.
Vicky salió triunfante de una prueba en la que su ‘tierra’ a base de arroz sorprendió a casi todos. Para ello lo pasó por la batidora, lo horneó y le dio un toque en sartén. Vamos, que aprovechó al máximo cada uno de los electrodomésticos que Bosch pone a la disposición de cada aspirante.
Tanto que las placas de inducción ‘dieron lo mejor de sí mismas’, al menos para Cristóbal que empleaba al mismo tiempo tres zonas de calor. Con lo que eso supone de estrés para un cocinero. Menos mal que las placas de inducción de Bosch con las que cocinan disponen de control automático de la temperatura. De este modo, el aceite tiene siempre el calor que se requiere para cada producto y cada receta. A pesar de esa facilidad, Cristóbal no convenció con su canelón relleno de pescado sin apenas pescado.
Menos mal que pudo participar en la eliminatoria y disfrutar de lo lindo —y, de paso, salvarse de ser eliminado— de la clase que impartió el tres estrella Michelín Pedro Subijana elaborando uno de los platos estrella de su restaurante Akelarre. Los tres concursantes de la eliminatoria tuvieron que repetir paso a paso las instrucciones de Subijana para preparar el Salmonete Integral. Así que pasaron por los fuegos el salmonete, las espinas, cebolleta, ajo, los higaditos y hasta la gelatina. Gracias a que la función Sprint de las placas de inducción de Bosch incrementa la potencia, fueron capaces de freír al ritmo de un maestro. Por su parte, Lorena olvidó meter el salmonete en el horno y eso le pasó factura.
Ya solo queda esperar casi una semana para ver qué dos concursantes se van y qué dos pueden quedarse y disfrutar o sufrir, según se mire, de un auténtico duelo a los fogones. Muchos apuestan por que la rivalidad entre Emil y Vicky llegue hasta el último programa, ese en el que se decidirá quién de ellos es un MasterChef.
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