Hija del famoso bodeguero Florentino Arzuaga, la creadora se suma a la larga lista de diseñadores que, o bien elaboran sus propios caldos, o bien ‘visten’ las botellas de las mejores bodegas.
A comienzos de los 90 el hoy célebre bodeguero Florentino Arzuaga fundaba sus bodegas (de nombre Arzuaga-Navarro) en una zona privilegiada dentro de la denominación de la Ribera del Duero, a 40 kilómetros de Valladolid. Su sueño era elaborar vinos ‘con esqueleto pero elegantes’. Un sueño que pronto se hizo realidad (no por casualidad sus caldos figuran en las cartas de algunos de los mejores restaurantes). Vinos a los que ahora se suma el elaborado por la hija de Florentino, la famosa diseñadora de ropa Amaya Arzuaga, muy ligada desde siempre al negocio familiar. Así, la modista ha creado un vino tinto a partir de una selección de las mejores uvas en los mejores pagos de la finca La Planta con, como no podía ser menos, un ‘packaging’ de lo más ‘estiloso’ y atractivo.