Fácil y ligera, tarta de queso sin horno
Si buscas una receta dulce rápida y deliciosa, toma nota de esta 'cheesecake' que no necesita cocinado
La palabra queso proviene del latín caseus que significaba carere suerum (que carece de suero raíz). Aunque los primeros registros escritos sobre este alimento no fueron hallados hasta el siglo III antes de nuestra era, se cree que su origen se sitúa en el Neolítico, entre los 10.000 y 12.000 años A.C., cuando el hombre domesticó a los primeros animales, en concreto la cabra y la oveja.
En la actualidad, existen más de 2.000 variedades de queso en el mundo, de los cuales el parmesano, el cheddar, la mozzarella y el brie son los que más se consumen. Grecia es el principal país consumidor de esta exquisitez con alrededor de 27.3 kilos de queso por habitante y año, siendo el queso feta el 75 por ciento de esta cantidad.
El queso es uno de los alimentos más versátiles de nuestra cocina. Con él, podemos preparar infinidad de platos principales y postres. Y aunque comer un poco de queso en cualquier momento del día sin nada más es toda una delicia, hoy os proponemos una receta fácil y muy ligera para preparar con queso de untar: una tarta sin horno.
Ingredientes necesarios para elaborar la receta
-200 gr. de galletas tipo María o Digestive.
-80 gr. de mantequilla a temperatura ambiente (podemos hacerlo más ligero con margarina).
-500 gr. de nata líquida para montar (light si lo queremos menos calórico).
-150 gr. de azúcar.
-1 vaso de leche (puede ser desnatada).
-1 sobre de cuajada en polvo.
-400 gr. de queso de untar (puede ser light).
-Mermelada de arándanos (puede ser light).
-Arándanos y frutos rojos.
Elaboración de la tarta
En un bol, machacamos las galletas hasta convertirlas en polvo e incorporamos la mantequilla previamente calentada hasta obtener una masa.
En un molde redondo con la base desmontable de unos 20 centímetros de diámetro incorporamos la masa para que haga de base de la tarta. Debe cubrir todo el molde de forma homogénea y quedar lo más lisa posible. Dejamos que enfríe en el frigorífico durante una hora para que se fortalezca.
Mientras tanto, calentamos en una cacerola la nata a fuego lento junto con el azúcar. Sin dejar de remover, vamos incorporando el queso y los sobres de cuajada previamente diluidos en un poco de leche.
Lo llevamos hasta su punto de ebullición, momento en el que apartaremos la cacerola del fuego.
Vertemos la mezcla en el molde por encima de la base de galletas y dejamos nuevamente la mezcla en la nevera por un mínimo de seis horas. Una vez transcurrido ese tiempo, la tarta ya estará lista.
Untamos la superficie de la tarta con mermelada de arándanos, desmoldamos y decoramos con arándanos y frutos rojos.
Esta tarta de queso sin horno, además de ser de muy sencilla elaboración, es una opción muy apetecible para endulzar tus días sin perder la silueta.