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¿A quién no le apetece con estas temperaturas veraniegas un salmorejo bien fresco? Un plato ideal para estas fechas en las que nos encontramos y que puede prepararse de múltiples maneras. Si bien tiene una base de ingredientes muy tradicional, lo cierto es que en los últimos años se está poniendo de moda combinar ingredientes para variar un poco.
Es lo que sucede precisamente con esta receta de salmorejo cordobés con jengibre. Una combinación en la que la vieja cocina de siempre y el toque moderno le dota de un sabor diferente. Todo ello sin perder en ningún momento la esencia del auténtico y genuino salmorejo cordobés.
El salmorejo con jengibre es además un plato muy saludable. En esta ocasión, se trata de una versión eco sin gluten y sin lactosa, apta para vegetarianos y veganos. Todo con el firme propósito de saborear uno de los platos más tradicionales de este verano.
Ingredientes para elaborar el salmorejo cordobés con jengibre
- 1,5 kilos de tomates
- Unas tiras de pimiento dulce asado
- Un ajo morado
- Una rebanada de pan (a ser posible del día anterior)
- Jengibre rallado al gusto
- Una pizca de sal gris fina del Atlántico
- Aceite de oliva virgen extra
Preparación del salmorejo cordobés con jengibre
- Lava bien los tomates, pélalos y pártelos por la mitad (a los tomates se le sacan todas las pepitas y se utiliza solo la parte carnosa)
- A continuación tuesta el pan y pela el ajo morado
- Introduce todos estos ingredientes junto con las tiras de pimiento, la pizca de sal y el jengibre en el vaso de la batidora (lo ideal es colocar primero el pan, luego encima el tomate, el pimiento, el jengibre y por último la sal)
- Comienza a batir y vierte poco a poco el aceite de oliva virgen extra
- Una vez que lo tengas batido, ya lo puedes servir
- El salmorejo se puede acompañar con un poco de huevo cocido o unos taquitos de jamón. También se le pueden añadir aceitunas negras, pepino rallado, zanahoria rallada o incluso una ensalada
Un plato realmente muy sencillo y cuyo secreto está precisamente en el equilibrio de sus ingredientes y en el proceso de mezclarlos bien. El resultado debe ser una combinación perfecta de todos sin destacar el sabor de ninguno por encima del otro.
El predominio de un sabor sobre otro puede ocurrir si se le deja el jugo al tomate. Por eso es recomendable quedarse solamente con la parte carnosa del mismo.
Un truco para batir mejor todo sería verter en primer lugar los ingredientes en un bol. A continuación tomar una porción e introducirla en la batidora. Se le puede añadir un poco de agua para que el batido sea más sencillo. Una vez aquí se riega con un poco de aceite.
Al batir es mejor que la crema salga más líquida. Es precisamente después de batir cuando se vierte el resto de aceite para que emulsione y quede una textura más propia de una crema.
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