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El bizcocho de limón siempre ha sido una alternativa muy refrescante para preparar en verano. Es uno de esos bizcochos que suele admitir muchos ingredientes formando un cóctel de sabores muy interesante. En este caso, el jengibre le dará un toque picante que lo convertirá en un dulce diferente, delicioso y especial.
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Se trata, además, de un bizcocho muy jugoso que queda perfecto tanto para el desayuno como para la merienda o cualquier postre.
Ingredientes
- 360 gramos de harina normal
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 1 cucharadita de sal
- 2 cucharaditas de ralladura de limón
- 1 cucharadita de jengibre rallado
- 80 mililitros de zumo de limón
- 230 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
- 300 gramos de azúcar
- 6 huevos
- 240 gramos de nata con un chorrito de limón
La receta tradicional de este bizcocho lleva el jengibre confitado, aunque también se puede hacer fresco. De todas maneras, si no se dispone de ninguna de las dos opciones se puede emplear el jengibre molido perfectamente.
Elaboración del bizcocho de limón y jengibre
- En primer lugar, engrasa bien el molde de pan y precalienta el horno a 170 grados centígrados.
- Después tamiza bien la harina con la sal y el bicarbonato, añade la ralladura de limón y el jengibre, y reserva.
- Bate a velocidad media la mantequilla y el azúcar hasta que blanquee, y después añade uno a uno los huevos.
- A continuación, agrega el zumo de limón y baja la velocidad de la batidora.
- Posteriormente añade la harina alternando con la nata. Comienza con la harina y termina con ella.
- Después pon la masa en el molde y hornea durante unos 45 minutos (se recomienda introducir un palillo para comprobar si está listo o no).
- Saca el bizcocho del horno y déjalo enfriar 10 minutos sobre una rejilla. Luego desmolda y deja enfriar completamente.
A este bizcocho de limón y jengibre se le puede añadir un glaseado con 150 gramos de azúcar glass y un chorrito de limón. Para ello, solo hay que echar el chorrito de limón sobre el azúcar glass hasta obtener la consistencia que se desea. Si queda demasiado líquido, añade azúcar glass, y si queda demasiado denso, agrégale zumo de limón.
Lo cierto es que la combinación de sabores de este bizcocho es sumamente deliciosa y diferente. Curiosamente, hay quien asegura que suele estar más mejor al día siguiente, cuando ya no está tan frío. Lo ideal, por tanto, es taparlo para que se conserve bien. Precisamente, el olor que desprende al día siguiente es el claro síntoma de que se conserva aún estupendamente.
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