La nueva vida de Anne Igartiburu

Si el 2013 fue un gran año para Anne Igartiburu en el terreno personal y en el profesional, el 2014 parece que no lo será menos, aunque en esta ocasión será el terreno familiar el que ocupe la mayoría de su tiempo. La presentadora ha renunciado a alguno de sus proyectos profesionales, entre ellos presentar el programa Mira quién baila, con el fin de pasar mayor tiempo junto a sus dos hijas adoptivas, Noa, de 13 años y de origen indio y su otra hija de 2 años, procedente de Vietnam y que llegaba a su vida a principios del año pasado tras cuatro años de intensa espera.  Por eso cuando se le pregunta por cómo es su vida ahora, Anne responde: "Proyectos pocos, mucho deporte, seguir con el programa 'Corazón' y volcarme en mis niñas".

Anne, quien ha vivido desde 2004 volcada por entero en el cuidado de Noa a la que adoptó en el orfanato Ankur, de Bombay, regentado por las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, y desde enero de 2013 también entregada por entero en el cuidado de su segunda hija, de la que no ha transcendido su nombre, celebraba el pasado domingo su 45 cumpleaños, y lo hacía rodeada de la familia que ha logrado formar y por la que este año ha declinado ciertos proyectos con el fin de dedicar su vida a ellas.

Anne, quien ha conseguido conciliar de la mejor manera posible su vida familiar con la laboral no renunciará por entero a su trabajo y continuará al frente del programa Corazón, presentado en algunas ocasiones también por Carolina Casado o Elena S. Sánchez,  y con el que el próximo mes de julio celebrará 17 años al frente de este espacio que tanto éxito ha cosechado y con el que espera poder llegar a celebrar la mayoría de edad. Además, la vizcaína hará algunos trabajos puntuales en TVE, como presentará la gala Mira quién va a Eurovisión este mismo sábado 22 de febrero y que se emitirá en directo en La 1 de TVE y RTVE.es a partir de las 22 horas.

Feliz con esta nueva vida, Anne no renunciará tampoco a una de sus grandes pasiones, el deporte, sobre todo el running, pasión que le ha llevado a convertirse en una corredora habitual de pruebas de varios kilómetros, como el maratón de Nueva York, la carrera de la mujer o la carrera Behobia-San Sebastián y la San Silvestre vallecana año tras año.