¿Cómo definirías a Jamila, tu personaje en El tiempo entre costuras?
Es la que acompaña a Sira durante toda su aventura en Marruecos. Desde que llega a la pensión, Jamila se convierte su ayudante y aprendiz porque va aprendiendo de Sira a medida que ella va evolucionando y va teniendo una posición mejor. También va aprendiendo el oficio de costurera.
¿Y sabes coser?
(Risas) No, la verdad es que no se coser.
¿Qué fue lo que más te cautivó de Jamila cuando te llegaron los guiones?
Tener la oportunidad de hacer un personaje de una cultura totalmente diferente a la mía es un regalo, el poder meterme en la piel de Jamila en aquella época y en Marruecos, algo tan alejado de mí... fue impresionante.
¿Cómo fue el rodaje en Marruecos?
Hasta ese momento no había trabajado mucho en televisión, había hecho capitulares pero nunca había hecho un personaje fijo en una serie y todo el mundo me decía que el resto de series no iban a ser como esta (risas) ya que El tiempo entre costuras fue muy especial. No es lo normal irte a grabar la serie fuera de tu país con todo el equipo, con una convivencia tan larga… parecía más el rodaje de una película que el de una serie y la verdad es que hicimos mucha piña, nos convertimos en una familia.
¿Cuál es tu mejor recuerdo del rodaje?
Por un lado la convivencia y por otro el trabajo. Tener la oportunidad de poder trabajar con gente tan buena fue impresionante, fue una gran producción. Además, era meterte en los sets de rodaje y sentir que viajabas a otra época e incluso grabando los interiores en Madrid alucinaba: “los han hecho iguales que los de Marruecos”. El trabajo del equipo técnico, artístico, maquillaje, peluquería fue alucinante. Aprendí y disfruté mucho de ellos.
¿Te leíste antes el libro que los guiones o viceversa?
Me leí primero el libro y después los guiones. Al leerme el libro primero intenté recabar toda la información posible sobre mi personaje.
¿Pensabas que se podía parecer tanto la serie al libro?
Es que El tiempo entre costuras es un libro muy cinematográfico y da mucho juego, las descripciones son muy cinematográficas. Mientras lo leía me venían imágenes de películas de esos años, es imposible leerlo y no acordarte de Casablanca y películas así. Las licencias que se han tomado los guionistas para mantener el suspense es para adaptarlo a la televisión, son decisiones muy sabias y seguro que María Dueñas está de acuerdo con ellas porque no la he oído quejarse (risas).
¿Habías estado en Marruecos antes de grabar la serie?
No, era la primera vez que iba y aluciné. Me parecía increíble que tan cerca de nuestro país exista otro tan diferente, con una cultura, unos valores y un modo de vida tan distinto al nuestro. Además, cuando estaba allí intentaba imaginarme como sería en la época de la serie porque ahora es bastante diferente a como era en aquellos años.
¿Sigues en contacto con el resto de compañeros de reparto?
Sí, de vez en cuando hablamos, pero Adriana tiene tantos proyectos que es difícil localizarla (risas), está trabajando mucho y me alegro mucho por su éxito. Con algunos me encuentro en otros trabajos. Lo típico que pasa en los rodajes es que haces piña, termina esa serie, empiezas otro proyecto y haces grupo con otros compañeros.
¿Qué te ha parecido el éxito del estreno de la serie con 5,5 millones de espectadores viendo El tiempo entre costuras?
Estoy contentísima, la espera ha merecido la pena por el éxito que ha tenido el estreno. El libro tiene muchos fans y tenían ganas deponerle imagen a esas palabras de María Dueñas. Creo que la gente ha disfrutado mucho con el primer capítulo y espero que con el resto también.
¿Qué le dirías a los que se perdieron el primer episodio para que se enganchen a la serie?
Para mí es un hito en la televisión de este país, algo que nunca antes se había hecho, es un trabajo cinematográfico, para mí es una película de 11 capítulos. Es ficción de muchísima calidad y hay que verlo, aunque solo sea para opinar.