El próximo miércoles día 2 de octubre es el día elegido. Quince cocineros profesionales se pondrán el delantal para demostrar quién es el mejor cocinero de España en Top Chef. Tendrán que superar pruebas y ponerse al límite para superarse y conquistar a los tres jefes de cocina Alberto Chicote, Ángel León y Susi Díaz, que serán quienes valoren su trabajo. Chicote tiene experiencia de sobra en la cocina y también en conseguir que la gente supere retos y consiga sus objetivos, algo que demostró en su programa Pesadilla en la cocina en el que reflotaba establecimientos con problemas. Sigue entre fogones y dispuesto a volver a poner su sinceridad al servicio de aquellos que intentan mejorar.
En declaraciones a La hora de Luján, espacio radiofónico de Luján Argüelles, en EFERadio, Alberto aseguró que “ver a quince pedazos de cocineros batirse el cobre es impresionante” y añadió que los que trabajan en el sector de la gastronomía son “generadores de felicidad”. Top Chef es un formato ganador de dos premios Emma y ha sido adaptado en once países. Chicote lo define como un espacio de “superación” y dice que no conoce a nadie que “no haya cometido ningún error”, pero sí a “mucha gente que los hace y no los supera”. Precisamente es para ayudar a esas personas por lo que se ha concebido este programa. “Porque hay mucha gente que se equivoca y quiere remontar”.
Con una carrera en la cocina desde los 17 años en restaurantes como Lúpulo, Sibaris y La Recoleta, Alberto aseguró que: “La comida es lo que más veces hacemos al día, así que solamente con que logres ser feliz con lo que comes, tres o cuatro veces, ¿te imaginas?, una vida con tres o cuatro momentos de felicidad garantizados, ¡sería la de Dios!”. Sobre el formato en el que debutó ante las cámaras, dijo que afrontó el proyecto cuando se lo propusieron y que se “quedó de piedra” porque sólo se había puesto “delante de una cámara en plan delantal-cocina”.
“A veces parece que sólo vas a dar zapatilla a la gente con la que trabajas, pero tanto yo como el resto del equipo tenemos el foco puesto en sacar este chiringuito adelante como sea” indicó, reconociendo que en el trabajo le gusta “dar caña”. Opina que en el negocio de la restauración hay un “gran problema” que es “el intrusismo profesional”, aunque reconoce que él tampoco se atrevería a “montar una ferretería, una farmacia o una agencia de viajes”.
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