El décimo programa de 'MasterChef' no solo logró seducir a los paladares más exigentes sino también a los telespectadores más inflexibles. La primera prueba ante los fogones tuvo como protagonista al huevo y a su mejor cocinero por excelencia Lucio Blázquez, dueño y fundado de Casa Lucio, quien dio algunos consejos a los aspirantes a chef, quienes tuvieron que cocinar una receta con este ingrediente como auténtico protagonista.
Con tan solo dos huevos y mucha imaginación, Eva, Fabián, Cerezo, José, Maribel y Juan Manuel tuvieron que elaborar un magnífico plato, que para su sorpresa fue juzgado por Martín Berasategui, chef con tres estrellas Michelin, y que dejo boquiabiertos a los concursantes con su cercanía y sencillez. Martín junto al resto de los miembros del jurado probó uno a uno las creaciones, quedándose maravillado con lo cocinado con Juan Manuel, quien se convirtió en el jefe de uno de los equipos, poniendo a su lado de los fogones a Cerezo y Eva. El otro grupo fue capitaneado por José, quien cocinó junto a Maribel y Fabián.
Una vez formados los equipos, con sus respectivos capitanes, el reto tuvo lugar en un la terraza del Casino de Madrid, donde los aspirantes tuvieron que servir las tapas y cócteles de un evento muy especial con más de 100 invitados; entre ellos Lorenzo Caprile, Carmen Posadas, Ana García Lozano, Estefanía Luyk, Elena Tablada, Carmen Lomana, Fonsi Nieto y Nicolás Vallejo-Nágera, hermana de Samantha, quien no dudó en saludar y posar junto a su hermano, a la vez que vigilaba muy de cerca lo que iban elaborando los dos equipos.
Y si a Eva, Fabián, Cerezo, José, Maribel y Juan Manuel les hizo mucha ilusión conocer algunos de nuestros famosos nacionales, no menos les hizo a ellos, que no dudaron en felicitar a los cocineros por sus creaciones. Bajo las ordenes de de Paco Roncero, chef del Casino y dos estrellas Michelin, los aspirantes formaron por primera vez parte de un equipo profesional dejando a un lado su rivalidad.
Y tras esta gran experiencia, el equipo perdedor o en este caso las personas perdedoras, pues el jurado decidió evaluar individualmente volvieron al plató para enfrentarse a la prueba de eliminación, en la que tuvieron que elaborar un volcán de chocolate. Cerezo, José y Fabián se jugaban continuar en el programa y todo era insuficiente para conseguir este objetivo. José triunfó, Fabián solucionó y Cerezo pinchó, echando al traste con todas sus posibilidades de convertirse en el ganador del programa, cuya final cada vez está más cerca.
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