Doble expulsión y una repesca. La cuarta edición de MasterChef Celebrity ha vivido su noche más tensa y emocionante hasta la fecha. El nombre del primer expulsado salió de la primera prueba, en la que los aspirantes tuvieron que preparar un plato libre con los ingredientes elegidos por un compañero. Almudena Cid fue la concursante que realizó la peor elaboración, mientras que Boris y Félix fueron los que mejor partido supieron sacar a los ingredientes asignados. En la prueba de exteriores, Ana Obregón, la primera en abandonar las cocinas del talent culinario, se convertía en la ganadora del delantal blanco y, por tanto, se incorporaba de nuevo a la competición. Sin embargo, a pesar de todas estas buenas y malas noticias, la gran sorpresa llegaba al final de la velada con la inesperada expulsión de uno de los celebrities favoritas de la audiencia y una de las aspirantes más carismáticas: Ana Milán.
Tras finalizar el último asalto, una prueba de expulsión en la que tenían que cocinar un plato con cinco ingredientes, la actriz reconocía que no había estado a la altura. "No me ha salido nada de lo que quería hacer. Es un plato mediocre con un emplatado mediocre", confesaba la intérprete que, además de ser una de las aspirantes más luchadoras, ha demostrado ser una de las más honestas de la edición. Los jueces y Martín Berasategui, presente en el veredicto, coincidían con la negativa valoración de Milán y decidían que era la elegida para abandonar las cocinas del programa de TVE.
Antes de salir del plató, la alicantina explicaba a Pepe Rodríguez cómo se ha sentido en la complicada prueba de expulsión. "Me perdí… Pasa a veces en la vida, ¿no? Uno de repente se levanta, ocurre algo y el día se va torciendo. Algo así me ha ocurrido con el cocinado", revelaba al chef de El Bohío, incidiendo en que era justa la decisión tomada por el jurado: "Me parecía el peor de los cuatro platos". Entre lágrimas y visiblemente emocionada, la actriz ha asegurado que MasterChef ha sido una experiencia maravillosa que difícilmente olvidará.
"Me llevo muchísimo. Es fantástico poder estar aquí y sentir los nervios y la emoción. Sentir la alegría cuando algo te sale bien, escuchar vuestro veredicto, la dulzura de Samantha, el sentido del humor de Jordi, tu picardía, todos mis compañeros, los que están y los que no están. En fin, solo me llevo cosas buenas", ha asegurado la escritora de Sexo en Milán, quien aseguraba que se va con la sensación de que el programa le ha hecho un regalo.
Antes de colgar definitivamente el delantal, al igual que todos los concursantes, la exaspirante confesaba el nombre de su ganador: Juan Avellaneda. "Me parece que se lo merece. Se ha preparado, es humilde, elegantísimo para recibir críticas y me gustaría mucho venir a la final con uno de sus trajes para celebrarlo", decía Ana Milán. Tras escuchar las palabras de su compañera, con la que guarda una gran afinidad, el diseñador no podía contener las lágrimas. Esta expulsión ha dejado un enorme vacío en los espectadores, pero también entre los aspirantes. "Era la ganadora. Los nervios te pueden traicionar, por eso hay que hacer yoga antes de entrar a cocinar", sentenciaba Ana Obregón, quien sí que regresa al concurso con las pilas cargadas.