Las actrices de Hollywood reivindican sus derechos cada vez con más fuerza. El tema de la diferencia de salarios entre hombres y mujeres abarcó los titulares el año pasado, después de que un ataque informático a los estudios Sony Pictures Entertainment revelara que la oscarizada Jennifer Lawrence cobró menos dinero que Bradley Cooper o Christian Bale en La gran estafa americana. "No estoy furiosa con Sony, lo estoy conmigo misma", indicó. "He suspendido como negociadora porque me di por vencida antes de tiempo", aduciendo además que no fue más agresiva con el dinero por no ser percibida como avariciosa o complicada en el ámbito laboral.
Quien no se ha dado por vencida ha sido Robin Wright. Con la misma firmeza que su personaje de House of Cards, la actriz ha recurrido a una amenaza para que los productores de la serie le paguen lo mismo que al protagonista masculino, Kevin Spacey. Durante las cuatro temporadas de la serie de Netflix, Wright ha interpretado a Claire Underwood, la maquiavélica primera dama de Estados Unidos y compañera del político sin escrúpulos Frank Underwood, encarnado por Spacey.
"Les dije que me pagaran lo mismo que a Kevin, ya que tenemos el mismo protagonismo en House of Cards. De hecho, busqué estadísticas y últimamente el personaje de Claire ha sido más popular que el de Frank", contó. "Entonces les dije que sería mejor que me pagaran lo mismo o lo haría público. Y lo hicieron", declaró durante un evento de la Fundación Rockefeller en Nueva York.
Según la revista Forbes, Kevin Spacey ganaba casi 450.000 euros por episodio en 2014, el mismo año en el que Wright recibió un Globo de Oro por su papel de Claire. Ella, sin embargo, se embolsaba unos 70.000 euros menos que su colega.