Amal Clooney sigue luchando por conseguir la libertad para su representado, el canadiense Mohamed Fahmy, que permanece detenido en Egipto desde diciembre de 2013. Sin embargo, no lo está teniendo nada fácil y el Tribunal Penal de El Cairo le ha condenado a tres años de cárcel en un nuevo juicio de lo más mediático que no ha estado exento de polémica y que ha sido muy criticado en todo el mundo por los defensores de la libertad de prensa y activistas de derechos humanos.
Fahmy es uno de los tres periodistas de la cadena de televisión Al Jazeera (junto al australiano Peter Greste y el egipcio Baher Mohamed), que fueron acusados de difundir noticias falsas, de trabajar sin las autorizaciones pertinentes y estar vinculados a los Hermanos Musulmanes, tras el derrocamiento del presidente Mohammed Morsi en 2013. Greste fue juzgado en rebeldía después de las autoridades egipcias decidieran deportarlo a Australia el pasado febrero, después de que el Tribunal de Apelación anulara una sentencia previa.
Tras este nuevo juicio, que se celebró este sábado, 29 de agosto (y en el que vimos muy afectada a la mujer del periodista, Marwa Fahmy), Amal mostró su esperanza de que el veredicto pueda revertirse y aseguró que mantendrá contactos con responsables políticos egipcios acompañada por el embajador canadiense en el país. Asimismo, expresó su deseo de que el presidente egipcio, Abdelfatah Al Sisi, intervenga para amnistiar a los periodistas. "No hay evidencia que sostenga ninguno de los cargos. Lo que ha ocurrido hoy envía un mensaje muy peligroso en Egipto y es que los periodistas pueden ser encerrados por simplemente hacer su trabajo, por decir la verdad e informar de las noticias; y además, que los tribunales pueden ser utilizados como herramientas políticas y propaganda", dijo a los medios a su salida.
La mujer del actor estadounidense George Clooney, que apareció impecable luciendo un traje color marfil y su larga melena suelta, insistió en que las autoridades egipcias se habían comprometido a deportar a Fahmy, que llegó a renunciar a su nacionalidad egipcia, al igual que ocurrió con Greste. Por su parte, el Director general de la cadena Al Jazeera, Mostefa Souag, ha afirmado al respecto: "Todo el caso ha sido fuertemente politizado y no se ha llevado a cabo de una manera libre y justa".
El juez Hassan Farid dijo que los acusados, conocidos como 'Marriott Cell' por la prensa local debido a que trabajaban en un hotel que pertenecía a esa cadena, "no son periodistas ni miembros del sindicato de prensa" y que emitieron material con equipo que funcionaba sin licencia, tal y como informa la agencia Reuters. Los tres acusados, que fueron originalmente sentenciados a entre siete y diez años de cárcel, siempre rechazaron los cargos, y los calificaron de absurdos, mientras que defensores de derechos humanos han asegurado que su arresto formaba parte de las amplias medidas contra la libertad de expresión que se están llevando a cabo desde que el Ejército derrocó al presidente Mohamed Mursi.