Ella fue considerada como una de las joyas del cine español, una mujer cuya simpatía y naturalidad se ganó un buen número de amigos allá por donde pasó. Marujita Díaz era una mujer coqueta, que siempre fue fiel a su estilo y sus gustos en la moda, que completaba con espléndidas joyas, algunas de ellas regalo de su primer marido Espartaco Santoni (estuvieron casados durante tres años, de 1958 a 1961).
En una de sus intervenciones televisivas, en el año 2013, lució algunos de sus tesoros, como seis anillos, de los cuales cuatro eran esmeraldas, unos pendientes y unas cuantas pulseras, entre las que destacaba una de esmeraldas y brillantes y un brazalete, también regalo de Santoni. Precisamente en esta intervención televisiva, Marujita desmintió que el citado brazalete estuviera a la venta, como se había informado.
Se trataba de una pieza diseñada en los años 50, con un enorme rubí central, acompañado de 20 quilates de diamantes. La pieza central de esta se podía desmontar y utilizar como broche independiente.
Se decía que la actriz, que jugó un poco al despiste sin desvelar si todas sus piezas eran auténticas o llevaba copias como se decía, tenía un espectacular joyero. Y ella lo demostraba en cada una de sus apariciones públicas.
La mayor parte de sus joyas eran regalos, tal y como ella aseguró, y muchas de las mismas se las regaló el que fue su marido. En dicho programa, Sálvame Deluxe, se hizo una valoración de las piezas que llevaba por parte del Instituto Gemológico de Madrid, que valoró en 40.000 euros los pendientes y en más de 25.000 euros un anillo con una gran esmeralda con brillantes, era una preciosa esmeralda colombiana. Se valoró además el brazalete en 120.000 euros aproximadamente. Entonces dijo que sus joyas estaban guardadas en la caja fuerte de un banco.
Cuando falleció además su gran amiga Sara Montiel, Marujita, rota de dolor, dijo que esta “tenía una gran fortuna en joyas” y se mostró bastante interesada en comprarlas, para tener un recuerdo. “Yo voy a hablar con los hijos, o con quien tenga que hablar, para comprar sus joyas. Para lucirlas yo y tenerlas de recuerdo" dijo entonces. Sin duda una de sus grandes pasiones era lucir estos preciosos regalos.