Diez meses después de su separación, Antonio Banderas y Melanie Griffith han decidido poner a la venta la casa que un día compartieron en el exclusivo barrio Hancock Park, en Los Ángeles, por un valor de 16, 1 millones de dólares (14, 82 millones de euros), de acuerdo con lo publicado por el diario Wall Street Journal. El cotizado broker de lujo Brett Lawyer de Hilton & Hyland es el representante de la pareja en la venta.
La mansión de estilo italiano que compraron en 1999, tres años después de su boda y en la que vivieron durante muchos años, posee 6.000 metros cuadrados, su estilo es toscano-mediterráneo y sus anteriores propietarios eran los productores de Living Las Vegas. Construida en 1925 por el arquitecto George Kauffman tiene un aire mediterráneo y algunos de sus valiosos artesonados de los techos fueron traidos en piezas directamente desde España. Un año después de adquirir la casa por 3,8 millones de euros, el matrimonio amplió la propiedad comprando una de las fincas adyacentes.
La fabulosa mansión de Hancock Park, al este de Hollywood, poseetres pisos y 1.400 metros cuadrados. El hogar cuenta con 13 habitaciones y 11 cuartos de baño, además de una biblioteca, cuatro chimeneas, un gimasio, un estudio de música, un ascensor y un magnífico jardín adornado con rosas y una piscina climatizada en el patio interior.
El hogar de Banderas y Griffith fue elegido por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en 2011 para organizar un evento destinado a atraer el voto latino y recaudar fondos en su campaña para la reelección de Obama. "Estoy encantado de que el presidente de Estados Unidos use mi casa para lanzar un mensaje a la comunidad latina. Dicho eso, diré que esto no va ni de Melanie ni de mí, va de él y trataremos de estar en un segundo plano y que se vaya de mi casa sin que le pase nada". El actor recordaba entonces como fue la llegada de Obama, que fue recibido con pétalos de rosa y velas: “Esa entrada del coche blindado en el jardín de mi casa fue alucinante”.
El actor recuerdaba en su día que por su casa habían desfilado numerosas personalidades: "Ya vino Al Gore en otra ocasión. Mi casa se está convirtiendo en una especie de casa institucional aquí en Los Ángeles". De hecho, Banderas se convirtió en el anfitrión número uno de una infinidad de actores a los que les invitaba asiduamente a comer paella en su residencia de Hollywood.