Aunque es de origen colombiano a Juana Acosta se le considera como uno de los activos con los que cuenta la televisión y el cine de nuestro país. No en vano es en España en donde se ha desarrollado gran parte de su carrera y aquí lleva afincada quince años. Tras despedirse de su papel en Velvet -donde consiguió que el mismísimo Miguel Ángel Silvestre cayera rendido a sus pies- la actriz se propone una nueva conquista. Esta vez es un país: Francia, algo que puede conseguir a golpe de papel protagonista.
Pareja de Ernesto Alterio y madre de Lola, una niña de 8 años, Juana Acosta ha estado durante los últimos años trabajando entre España y Francia. Todo un reto y un ejercicio de logística que promete dar sus frutos gracias a la película Anna, con la que le llegó su primer papel protagonista en una película francesa.
La cinta -que se estrenará este año- está escrita y dirigida por Jacques Toulemonde, narra la historia de una mujer colombiana que viven en París con su hijo de 8 años y al separarse de su marido francés decide regresar a su país natal. Lo que le permitió a la actriz -igual que a su personaje- regresar un tiempo a Colombia.
Aunque sea su primer papel protagonista, este no es su primer trabajo en Francia y el 2015 empezó para ella de la mejor forma posible. El pasado mes de enero obtuvo el premio a la mejor interpretación femenina en el Festival Internacional de Programas Audiovisuales que se celebra en Biarritz, gracias a su papel de Yoyes en el telefilme Sanctuarire, que se estrenó en Francia el año pasado.
Esta no es la única distinción que ha recogido Juana Acosta últimamente y es que la colombiana está de moda y sus compatriotas lo saben. Así que el embajador de su país, Fernando Carrillo, nombró a la propia actriz embajadora de Colombia en un acto en el que estuvieron presentes su madre, Martha Lucía Restrepo, y Ernesto Alterio.
Su prometedora presencia en el mercado francés, no impide que Juana continúe escogiendo algunos trabajos en nuestro país y actualmente se encuentra rodando la película El contenido del silencio, en la que trabaja junto a Goya Toledo y que le llevara a trabajar entre Las Palmas y a San Sebastián.
Juana Acosta parece tener un espíritu inquieto, facilidad para adaptarse a los cambios y ninguna pereza a la hora de hacer y deshacer maletas. Sin olvidar, que en el mercado italiano y en el latinoameriano también hay hueco para ella. La película venezola El Libertador -que se quedó a las puertas de los Oscar y en la que también partició María Valverde- y la serie de televisión italiana La dama velata dan muestras de ello. Definitivamente a Juana Acosta, el mundo se le queda pequeño.