La vida a veces nos da reveses que no nos esperamos y que nos dejan destrozados. El repentino fallecimiento de su padre ha dejado a Nicole Kidman sumida en una enorme tristeza y le ha costado recuperar las fuerzas para continuar con su día a día. "Las últimas semanas han sido muy duras para mí. Es una tragedia que ha destruido emocionalmente a nuestra familia", ha confesado la actriz australiana en una entrevista que publica esta semana la revista ¡HOLA!. Sin embargo, como suele pasar cuando te suceden este tipo de desgracias, llega un momento en el que te paras a pensar y te planteas si quieres seguir inmersa en tu tristeza o si tienes motivos suficientes para levantarte y seguir con tu vida. Nicole ha elegido la segunda opción. Para ello, ha contado con el cariño y el apoyo incondicional de su marido, Keith Urban, que ha sido su pilar y la persona que le ha impedido que se derrumbara. "Es increíble tener a alguien que te guíe en un momento tan difícil", ha asegurado la actriz en el programa de Ellen DeGeneres. "He perdido a mi padre recientemente y tener a mi marido apoyándome así, me hace llorar", añade emocionada.
Casualidades de la vida, las declaraciones de la actriz se producen cuando la pareja está a punto de cumplir diez años desde que se conocieron. Se conocieron en enero de 2005 en una cena de personalidades australianas en Los Ángeles y, desde entonces, ya no se han separado. Se casaron el 25 de junio de 2006 y tienen dos hijas en común, Sunday Rose, de seis años, y Faith Margaret, de tres. "Haría cualquier cosa por ese hombre", afirma Nicole, que sigue tan enamorada como el primer día y tiene un brillo especial en los ojos cuando habla de su marido.
Siempre han presumido de amor y se han mostrado de lo más cariñosos en estrenos, alfombras rojas o galas de premios, pero desde que Nicole perdió a su padre, les hemos visto si cabe más compenetrados, cómplices, apoyándose el uno en el otro... en definitiva, enamorados. Esta semana, acudieron a la 48º edición de los CMA Awards que se celebró en el Bridgestone Arena, en Nashville, Tennessee, y el matrimonio protagonizó la anécdota de la velada con su romántico y divertido posado. Nicole, que parecía una novia con un precioso vestido blanco de encaje y transparencias, se dejó querer por su chico, que se deshizo en mimos con ella con besos, palabras al oído y abrazos de esos que lo dicen todo.
"Nunca sabes qué va a pasar. Por tanto, carpe diem y aprovecha el tiempo. Teniendo en cuenta por lo que he pasado pienso: ¡Debo aprovechar cada momento y simplemente tengo que vivirlo'", explica en las páginas de ¡HOLA!. Para Nicole lo más importante siempre ha sido su familia y es por ello que sólo puede dar gracias a la vida por todo lo que tiene. "Soy muy afortunada. Tengo un marido y cuatro hijos (además de Sunday y Faith tiene dos hijos adultos, Isabella, de 21 años, y Connor, de 19, fruto de su matrimonio con Tom Cruise), y además tengo una familia extensa", asegura la actriz, quien también hace referencia al paso del tiempo: "Una de las cosas que tiene envejecer es que no necesito mucho. Puedo contemplar un amanecer, nadar en el océano, jugar en el parque con mis hijos... y eso me alegra el día".