Billy Crystal, Danny De Vito, Whoopi Goldberg... los amigos de Robin Williams recuerdan las divertidas anécdotas de su vida
Un buen número de rostros conocidos asistieron a un emotivo homenaje al actor, fallecido el pasado mes de agosto
Su desaparición ha marcado a varias generaciones de cinéfilos que todavía recuerdan con una sonrisa muchas de sus películas. La muerte de Robin Williams el pasado mes de agosto dejó huérfana no sólo a su familia sino a sus buenos amigos, que han querido rendirle de nuevo un homenaje en el Curran Theatre, de San Francisco. Su viuda Susan Schneider y sus tres hijos Zak, Zelda y Cody recordaron al cómico en una velada en la que participaron Billy Crystal, Bonnie Hunt, Bobcat Goldthwait y Whoopi Goldberg. Fue una ocasión en la que se contaron anécdotas de la vida del artista, relatadas por aquellos que compartieron con él risas y momentos entre rodaje y rodaje. Whoopi relató por ejemplo la ocasión en la que Billy Crystal, Robin y ella fueron a Washington a conocer a Ted Kennedy, y se rió de buena gana recordando lo que había ocurrido allí.
El ciclista Lance Armstrong, el director George Lucas y los actores Danny DeVito y Rhea Perlman, Seth Green, Eddie Izzard, Penny Marshall, Bette Midler, Joel McHale, Jeff Bridges, Josh Groban, Marlo Thomas y Ben Stiller, entre otros, escucharon las emotivas palabras de los tres hijos del intérprete que hablaron de la faceta más personal y desconocida de Robin. La nota musical en esta “celebración de vida” la puso Stevie Wonder acompañado por el coro Glide Memorial. Después de este evento privado, en el que los asistentes recibieron un recordatorio con el mensaje “Ama la calma de la vida”, hubo una recepción en el hotel Westin St. Francis donde se sirvió algo de comer.
Robin Williams falleció de forma inesperada el pasado 11 de agosto a la edad de 63 años en su casa de San Francisco. Desde todas partes del mundo se multiplicaron los mensajes de condolencia para despedir al que fue una de las figuras más importantes del panorama cinematográfico. Sus restos fueron incinerados y esparcidos por la bahía de San Francisco.