Al mirarla nadie diría que tiene ya 79 años. Sofía Loren es una de esas actrices por las que el tiempo no pasa, o mejor, que como los buenos vinos, mejora con la edad. Con un sencillo conjunto de pantalón y jersey, impecable y elegante, de color rojo intenso, paseó por la alfombra roja del festival de cine de Tribeca. Ella sola acaparó una buena cantidad de flashes en la presentación de la película The Human Voice, un cortometraje dirigido por su hijo Edoardo Ponti y que supone su regreso a un papel principal en el cine después de 10 años.
De hecho su hijo fue su partenaire en el estreno, al que asistieron en familia. Su nuera Sasha Alexander y su nieta Lucia Sofía, de casi ocho años, arroparon a actriz y director en una ocasión tan significativa. Tres generaciones compartieron en el certamen neoyorquino una pasión que ha llevado los apellidos Loren y Ponti a lo más alto del olimpo del cine. De hecho, Edoardo ganó en 2013 en la sección de cortos del certamen con el título The Nightshift Belongs to the Stars.
The human voice está basado en una obra teatral de Cocteau, que data de 1930 y que fue adaptada en la película en dos episodios, Amor, protagonizada por Anna Magnani y dirigida por Roberto Rossellini en 1948. La última película en la que Sofía Loren tuvo un papel protagonista fue Peperoni ripieni e pesci in faccia (2004). Luego participó en Nine (2009) y en la TV Movie La mia casa è piena de specchi (2010). Y es que sigue sintiendo un intenso amor por una profesión que ha sido su vida y le ha dado muchas satisfacciones.
Unas intensas experiencias que se plasmarán en su biografía, un libro que verá la luz en el mes de septiembre, que es cuando cumple 80 años. “En el pasado, diversos editores me habían pedido contar mi vida, pero sólo ahora me parece que ha llegado el momento justo para regresar atrás en el tiempo” comentó sobre el volumen, que llevará por título Leri, oggi e domani (Ayer, hoy y mañana). Este es precisamente el mismo nombre de la película de Vittorio de Sica, que protagonizó Sofía y que ganó el Oscar a la Mejor Película Extranjera en 1965.