Blanca Suárez y Paz Vega, el sensual acento español en la gala inaugural del Festival de Cannes
Blanca Suárez ha vuelto a pisar la alfombra roja de Cannes. La actriz a la que hace tan solo unos días veíamos paseando por las calles de Madrid de la mano de su chico, el también actor Miguel Ángel Silvestre, ha volado hasta la ciudad francesa de Cannes, donde ya la vimos desfilar en el año 2011 para presentar junto a Pedro Almodóvar La Piel que habito. Ahora y tras dos años de intenso trabajo, la atractiva actriz ha vuelto a deslumbrar en este importante festival y lo ha hecho acompañada por el actor inglés Jeremy Irvine, que al igual que ella recibirá el Trofeo Chopard a los nuevos talentos del cine.
Derrochando sensualidad, Blanca acudió al estreno de la nueva adaptación cinematográfica que Baz Luhrmann ha hecho de la novela de Scott Fitzgerald, El Gran Gatsby, protagonizada por Leonardo DiCaprio, Carey Mulligan o Tobey Maguire, entre otros. La proyección de la película levantó una gran expectación y Blanca Suárez no quiso perderse este gran evento, que logró congregar a decenas de estrellas de Hollywood, así como numerosas modelos. Ataviada con un espectacular vestido de Giorgio Armani Privé de seda negro, con bordados en verde brillante y detalles en amarillo con un pronunciado escote en la espalda y zapatos y cartera de noche de Giorgio Armani a juego, la actriz desfiló como solo ella sabe hacer frente a las puertas del teatro Lumière, por el que minutos después desfilarían actores de la talla de Nicole Kidman, Julianne Moore, Isla Fisher o Freida Pinto.
Pero Blanca Suárez no fue la única en poner el acento español a la gran gala inaugural del Festival de Cannes, pues también vimos pisar la alfombra roja a Paz Vega, una gran fan de este gran escaparate del séptimo arte. Presumiendo de interminables piernas, la actriz desfiló envuelta en un brillante y espectacular diseño de Roberto Cavalli, bordado con la sutileza de una tela de araña. ¿El peinado? Su siempre acertada melena estilo años 20.
Desafiando a la lluvia y cuidando que no se le estropeara su original peinado, Nicole Kidman acaparó, una vez más, la totalidad de los flashes. Regalando sonrisas por doquier, Nicole decidió poner buena cara al mal tiempo y lejos de enfadarse admitía: "No es más que la lluvia, me encanta”. Enfundada en un vestido de Alta Costura de Dior , la actriz que desfiló por la alfombra roja como si del mismo salón de su casa se tratara, con soltura y naturalidad, forma parte del jurado de esta 66ª edición cuyo presidente, no es, ni más ni menos, que Steven Spielberg.
Nicole no contó ayer con la presencia de su marido, Keith Urban, quien viajara de Estados Unidos a Cannes el viernes para acompañar a Nicole, en esta dura tarea de calificar las películas.
Convirtiendo la alfombra roja en una improvisada pasarela aparecieron en la gran noche de Cannes, Cindy Crawford, Cara Delevingne y Georgia May Jagger.
Cindy fue la encargada de poner el toque de madurez al "desfile2 y demostrando que quien tuvo, retuvo, presumió de curvas a sus 47 años envuelta en un sugerente vestido blanco con interminable escote y adornos dorados de Roberto Cavalli. Y mientras que la modelo de los 90 demostraba que el paso del tiempo lo ha dominado de la mejor forma posible, las maniquís del momento derrochaban sus encantos a las puertas del teatro Lumière.
Cara Delevingne se hizo dueña de todos y cada uno de los objetivos postrados en la alfombra roja y lejos de hacer un ‘paseíllo’ rápido, la modelo se recreó posando como una auténtica diva. Cara eligió para esta noche digna del séptimo arte un precioso vestido de Burberry negro con encajes que resaltaba su espectacular figura. Georgia May Jagger, por su parte, se decantó por el siempre acertado rojo y fundiéndose con la alfombra destiló sensualidad posando en solitario y junto a su admirada Cindy Crawford.
Y por fin, los protagonistas de la noche, a los que los invitados anteriores quitaron algo de protagonismo, valga la redundancia. Leonardo DiCaprio, Carey Mulligan, Tobey Maguire y el resto del elenco desafiaron al negro cielo de Cannes para presentar El Gran Gatsby, la película más esperada del festival que llega fuera de la selección oficial fuera de competición.
Paraguas en mano y tratando de proteger su vestido y algo más nerviosa que DiCaprio pudimos ver a la protagonista femenina de esta gran producción, Carey Mulligan, quien luciendo un vestido rosa palo de Dior demostró su sencillez con un sutil maquillaje del que solo llamaban la atención sus labios rojos y su natural melena, la que imaginábamos más corta debido a sus perennes recogidos.
Haciéndose eco de la gran ostentación de El Gran Gatsby apareció en la alfombra roja, Freida Pinto luciendo un espectacular vestido de Gucci, al que la actriz dio un acertado toque retro. A pesar de mojársele bajo la lluvia, la actriz no perdió la sonrisa, como tampoco la perdió Julianne Moore quien eligió para esta gran cita una falda larga por detrás y corta por delante de Dior que conjuntó con unas llamativas sandalias.
Isla Fisher, sin su marido, Sacha Baron Cohen, quien llegó a Cannes este fin de semana, también se atrevió con el rojo como Georgia May Jagger, aunque ella con un diseño algo más recatado, pero no por ello, menos original del conocido diseñador Óscar de la Renta.
Poniendo el toque musical, y cerrando esta alfombra llena de estrellas, Lana del Rey, quien ha prestado su voz como parte de la banda sonora, al igual que Beyoncé, Florence + The Machine. Lana no quiso perderse el estreno del filme y ejos de cancelar su cita acudió a la premier luciendo un vestido bordado en blanco y negro de escote corazón, que recordaba al viejo glamour de Hollywood.
Pero esto no ha sido todo, aún queda una gran lluvia de estrellas por llegar a Cannes y hacer de este enclave marítimo un pequeño Hollywood.