Hace 27 años comenzaba su carrera en el cine, una larga y exitosa trayectoria por la que acaba de recibir el Premio Málaga-Sur en el XVI Festival de Cine Español de Málaga. "No tengo nada preparado, voy a hablar desde el corazón", avisó José Coronado al recoger su merecido galardón. Un homenaje que le llega, según sus palabras, "en el momento más dulce y cuando debe llegar". "Si hubiese llegado antes habría sido falso, porque no me lo merecía", según el propio Coronado.
El actor, que no pudo evitar las lágrimas de la emoción, quiso agradecer este reconocimiento del festival y los halagos de sus compañeros. "Gracias a vosotros he podido dar de vez en cuando en la diana de este oficio tan difícil que es la interpretación", declaró ante un Teatro Cervantes en pie y ovacionándole por este merecido homenaje.
Junto a él sobre el escenario, amigos como el director Enrique Urbizu, las actrices Goya Toledo, Maru Valdivieso e Hiba Abouk y los actores Miguel Ángel Muñoz y Álex González. Todos ellos coincidieron en calificar a su compañero de "trabajador incansable", que ha destacado por su "lucha" y "generosidad". Urbizu, con quien Coronado mantiene una gran amistad desde que rodaran juntos La caja 507 y con quien trabajó en la película que le dio el Goya, No habrá paz para los malvados, dijo que "se lo ha ganado a pulso". "Lo mejor que te puede pasar en un rodaje es que esté José, un actor sin manías ni caprichos", agregó el cineasta.
Su amiga Maru Valdivieso aseguró haber estado "enamoradísima" de él y bromeó al declarar: "Eres mi mejor aportación al cine español". Sus otros compañeros también le dedicaron palabras de cariño y admiración. "Eres lo más grande que he conocido", le dijo Miguel Ángel Muñoz. Goya Toledo reconoció que es su "fuente de inspiración", mientras que Hiba Abouk destacó sus "tablas y sabiduría" y Álex González resaltó su "inteligencia emocional".
Coronado, de rodillas ante un público entregado entre el que se encontraba su hijo Nicolás, se despidió de todos con una petición: "Está en peligro la fábrica de los sueños, luchemos por el cine. ¡Viva el cine español!", exclamó.
Un monolito con su nombre
Además del premio, el homenaje a Coronado incluía también un monolito con su nombre que el propio protagonista descubrió la mañana del domingo, antes de recoger su galardón, bajo la atenta mirada de su hijo Nicolás, que no dudó en desplazarse hasta la ciudad andaluza para apoyar a su padre acompañado por su novia, Cristina Duato.
Esa misma mañana, el homenajeado presentó ante los medios la exposición ‘Festival de Málaga. 16 años con el cine español’, que hace un recorrido por los años en los que se ha celebrado el festival, así como a las personalidades que han pasado por él.
“Llevo 27 años aportando mi granito de arena a esta industria. Creo que es importante que la suerte te acompañe en esta profesión”, comentó el actor en rueda de prensa antes de recibir su premio. “Yo doy las gracias por cómo me van las cosas y por tener un trabajo que me gusta, del que intento hacer un oficio”, dijo Coronado, también en rueda de prensa, agradeciendo este reconocimiento.
Recordando sus inicios
El intérprete aseguró que nunca le ha importado que le colocaran "la etiqueta de galán, porque en sus inicios no tenía otra cosa que ofrecer". "Fue fantástico cuando esa galanura se convirtió en un complemento del trabajo, del esfuerzo y de saber manejar las herramientas de la interpretación", afirmó. Coronado también recordó cómo empezó cuando ya tenía 30 años y "ninguna vocación de actor", porque le parecía "una profesión de privilegiados o de hijos de". Tenía un negocio de hostelería con el que estaba "muy estresado", una amiga le propuso ir a clases de interpretación para relajarse y, a la semana de empezar, ya vio "lo apasionante que podía ser", por lo que le preguntó a una profesora si se podría ganar la vida con esto y ella le contestó que tenía "voz y planta".
"La suerte me ha favorecido mucho. Llevo unas cuarenta películas, unas mejores y otras peores, de todas he aprendido y entiendo que en cinco, seis, siete u ocho dimos en la diana, sobre todo en los últimos diez años, y he empezado a creerme que he aportado algo para la industria".
Al preguntarle por un actor español que haya sido un referente, cita a Paco Rabal, "por sintonía, los personajes que interpretaba, la forma de ser y la carrera que llevó", por lo que cree que hay "cierto mimetismo" entre ambos. Trabajaron juntos en Goya en Burdeos, donde además tuvieron que encarnar al mismo personaje, y descubrieron que tenían "mucho en común".
Los papeles que le han marcado
El personaje que más le marcó fue el de una obra de teatro, Algo en común, en la que interpretaba "a un homosexual que perdía a su pareja por sida a finales de los 80 o principios de los 90, un tema difícil, y hablaba del amor en mayúsculas". "Me permitió enriquecerme de forma extraordinaria y profesionalmente empezaron a surgirme otras muchas propuestas para el cine. Ese personaje me ayudó a ser mejor persona", asegura.
Tampoco olvida al Santos Trinidad de No habrá paz para los malvados, un personaje al que "adora" por lo que "ha significado estar dentro de uno de los mejores 'thriller' que se han hecho en España, una película que es músculo puro, sin una gota de grasa".
Urbizu, su "gran amigo"
Cuando habla de sus directores, no duda al destacar a Enrique Urbizu por ser el que más le ha enseñado y le ha hecho enamorarse "más si cabe" de su profesión, aunque también le "encantaría" rodar a las órdenes de Pedro Almodóvar, Alejandro Amenábar o Mateo Gil, y también le gusta hacerlo con los noveles. Para él hay "un antes y un después" de sus trabajos con Urbizu. "Le amo profundamente, porque he tenido la suerte de que nos hemos hecho amigos, entendemos la profesión de la misma forma, los dos intentamos huir de toda la parafernalia" y de "convertir la profesión en un oficio en el que te tienes que levantar prontito, ponerte el casco e irte a trabajar".
Sobre la situación económica, ha señalado que entiende "que tienen que recortarse cosas", y él ha bajado su sueldo "en los últimos dos o tres años casi a la mitad".