La vida de Katie Holmes ha dado un giro de 180 grados. Desde su separación de Tom Cruise, su estilo de vida ha cambiado notablemente. Atrás han quedado los paseos en helicóptero, los chóferes en la puerta, y los viajes en avión privado a uno y otro lado del charco. Katie Homes pretende llevar una vida más normal, lo que implica un agotamiento que se hizo palpable en la última salida de la actriz. Holmes acudió anoche al lanzamiento de la nueva colección de Narciso Rodríguez. A pesar de que trató de sonreír en todo momento, el cansancio se reflejaba en su cara. Y es que la actriz, que tiene la custodia de la pequeña Suri, compagina su tarea de madre, con la de los ensayos de su nueva obra de teatro en Broadway, Dead Accounts, su trabajo como diseñadora de la firma Holmes & Yang, sus compromisos publicitarios y sus salidas a diferentes eventos en la Gran Manzana.
Día tras día vemos a Katie cómo lleva y recoge a Suri del colegio, acude a los ensayos de su obra y lo hace de una forma muy inusual para una estrella, en el metro de Nueva York. Últimamente es habitual ver a la actriz viajar de incógnito en el suburbano para ir al trabajo o coger un táxi en vez de esperar a su chófer. Y es que esta ajetreada vida agota a cualquier mortal, entre ellos a Katie Holmes. Y es que, a diferencia de lo que pueda parecer, Katie Holmes no recibe dinero de Tom Cruise. Según el acuerdo prenupcial. Cruise deberá pagar la manutención de Suri hasta que cumpla los 18 años y será de 400.000 dólares al año. El actor también correrá con los gastos médicos, educativos y universitarios de su hija, pero su ex mujer no tendrá derecho a ninguna ayuda económica. Es por eso que Katie aprovecha su momento y está inmersa en un sinfín de proyectos como actriz, diseñadora, y modelo publicitaria que hacen que le falten horas del día. Pero lo que es cierto es que estará cansada, pero ella es feliz y pretende mostrar al mundo quién en realidad es.
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