Son dos de los rostros más conocidos y más cotizados de Hollywood, pero el papel más importante de Angelina Jolie y Brad Pitt es el de padres, y además, de familia numerosa. Por eso, aunque sus trabajos les hagan viajar alrededor del mundo y u día estar en Serbia, para después acabar en Los Ángeles, pasando por Francia, siempre procuran estar todos juntos y compaginar sus obligaciones como estrellas y como padres.
Por eso, en estos días previos a la Navidad, han querido visitar con sus seis hijos, Maddox, Pax, Zahara, Shiloh, Vivienne y Knox, la conocida tienda de juguetes Fao de Nueva York, donde esta semana ha estrenado su película In The Land Of Blood And Honey (En Tierra de Sangre y Miel), que supone su debut como directora de cine. Como una familia normal, la pareja de actores estuvo viendo juguetes con sus hijos, que seguro que tomaron nota de las cosas que pondrán en su carta a Papá Noel, y como todos los padres del mundo, controlaron las cosas que los pequeños querían llevarse.
Después, fueron a la caja, donde esperaron la cola sin importarles haberse convertido en el objetivo de las cámaras de los teléfonos móviles de muchos de los allí presentes y de las personas que paseaban por la calles.
Tras unos días en la Gran Manzana, donde cumplieron con su agenda, pero también con sus hijos, han puesto rumbo a Los Ángeles para estrenar también allí esta primera película de la actriz como directora. Si en la premiere de Nueva York estuvieron junto a ellos los padres de Brad Pitt, aquí no ha querido faltar el padre de Angelina, John Voight. Cuando se vieron en la alfombra roja se dieron un cariñoso abrazo y después, los dos actores dejaron que la protagonista de la noche posara en solitario. La ganadora de un Oscar por su papel en Inocencia interrumpida vuelve a tener desde el año pasado una buena relación con su padre, con quien llegó a estar siete años sin hablar, pero parece que finalmente sus desavenencias han quedado aparcadas.